Crisis prolongada en una semana negra

El miércoles fue la English Football League Cup, y este sábado el Liverpool se despidió de la FA Cup tras sufrir otra sorpresiva derrota, esta vez un 1-2 en la cuarta ronda a manos del Wolverhampton. Se viven días complicados en Anfield, donde los reds sufrieron su tercera caída consecutiva pese a las ganas mostradas y el descuento de Divock Origi, cuyo gol a los 86’ llegó demasiado tarde para cambiar la historia.

Peor imposible arrancó el partido para el Liverpool, que ya perdía desde el primer minuto de juego tras un gol de Stearman en una jugada de tiro libre. La anotación en contra fue un balde de agua fría para los reds, mientras que los wolves casi dieron un nuevo golpe poco después con una arrancada y remate apenas desviado de Costa. Con el avance del reloj, los locales se apoderaron del balón, adelantando sus líneas para presionar muy arriba. Sin embargo, fue un dominio sin ocasiones claras de gol. Los visitantes, en cambio, volvieron a festejar al filo del descanso con una contra que culminó Weimann para subir el 0-2 al marcador.

Para el segundo tiempo, Jürgen Klopp buscó un revulsivo con los ingresos de Philippe Coutinho y Daniel Sturridge, en una apuesta claramente ofensiva. Sin embargo, el Wolverhampton se tiró completamente atrás con 11 hombres en propio campo, decidido a defender la ventaja. Tras 86 minutos de insistir, los reds finalmente rompieron la resistencia rival a través de Origi, quien encendió una pequeña luz de esperanza que no tardó en ser apagada por el árbitro al decretar el final del encuentro y la segunda eliminación copera del Liverpool en igual número de partidos.

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