El Liverpool confirmó su recuperación con un trabajado triunfo en Anfield ante el Swansea. Un gol de Milner de penalti fue suficiente para que los de Klopp sumasen un nuevo triunfo y se sitúen ya a tan solo seis puntos del líder de la Premier. Los reds ya están ahí.
No es un espectáculo ni tampoco un equipo perfectamente engrasado, pero el Liverpool sí ofrece ya cierta sensación de bloque y la solidez que se requiere en un equipo de su enjundia. Esta vez tiró de oficio para superar la baja de Coutinho y la competitividad de un Swansea que siempre suele vender cara su derrota. El primer tiempo fue un monólogo red. Los de Klopp iniciaron su ya habitual presión alta y el Swansea se asfixió en campo propio. A los pocos minutos el Liverpool ya había avisado con una llegada de Ibe que desbarató Bartley con un despeje que se estrelló en el palo.
Parecía que los reds no echaban de menos al hoy ausente Coutinho y que el gol era cuestión de tiempo, pero el dominio no se tradujo en un carrusel de ocasiones y el Swansea se fue al descanso con un relativamente cómodo empate. A los de Klopp les faltaba efectivamente el último pase del brasileño y remate, a pesar de que esta vez Klopp situó a Benteke como referencia ofensiva con Ibe y Firmino como acompañantes.
El Swansea se desperezó tras el descanso y las fuerzas se equilibraron. Con un activo Lallana, el Liverpool seguía llevando la iniciativa del choque. El partido se le comenzaba a atragantar a los de Klopp hasta que a Taylor le dio por sacar el brazo en un centro de Ibe. Milner no desaprovechó la oportunidad desde los once metros y Anfield suspiró tranquilo.
El momento de relajación fue efímero porque el Swansea se volcó en busca del empate. El Liverpool se preparó a sufrir y replegó líneas para dificultar la reacción de los de Monk. Mientras, los reds recuperaban a Henderson y Sturridge, convertidos en los refuerzos 'caseros' de invierno. Con ellos aguantaron los de Klopp y sumaron un triunfo que, después de un agitado inicio de campeonato, les vuelve a permitir aspirar a todo. No hay duda que el efecto Klopp ya ofrece resultados.
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