El Liverpool ha dado un golpe en la mesa y confirma los brotes verdes que se aprecian en el equipo desde el cambio de entrenador ganando en casa de un Manchester City deprimido y sobrepasado que cedió el liderato. Los de Jürgen Klopp salieron con las ideas muy claras y con una presión alta consiguieron anular la sala de máquinas del City en la que sólo Yaya Toure intentaba llevar el peso del partido. Los robos altos propiciaban que el Liverpool pudiera salir a la contra con comodidad para crear peligro gracias a la velocidad de Firmino y Coutinho.
La conexión brasileña no tardó demasiado en dare frutos y un pase de la muerte de Coutinho lo envió a las mallas Mangala en una acción tremendamente desafortunada. El gol incrementó las dudas y el cortocircuito del City, mientras que el equipo de Klopp comprobaba que su planteamiento inicial funcionaba. El City manejaba una posesión estéril y el que volvió a golpear fue el Liverpool con una nueva aparición de Coutinho para que Firmino rematara la faena. Sin tiempo para encajar el segundo, Emre Can dejaba un taconazo para el recuerdo, Coutinho lo recogía y el brasileño volvía a aparecer para remachar el balón a la jaula.
Cuando peor estaba el Manchester City, un chispazo individual de Agüero acaba con un auténtico golazo del argentino que daba esperanzas a su equipo. Pellegrini quiso aprovechar el efecto positivo del tanto para cambiar la imagen del equipo dando entrada a Delph y Fernandinho pero su equipo seguía sin encontrar el camino y sólo generaba peligro con balones colgados.
El Liverpool se defendía con comodidad y era sólo cuestión de tiempo que llegara la sentencia gracias a otro gran gol de Skrtel con un remate de volea a la salida de un córner. Los de Klopp confirman su escalada, mientras que el City más pobre pierde el liderato.
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