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El derbi de Merseyside entre el Everton y el Liverpool fue decepcionante en todos los sentidos y acabó con un empate sin goles y apenas sin ocasiones, resultado que no sirve a ninguno de los conjuntos.
La primera mitad empezó con poco ritmo, con ambos equipos estudiándose y buscando debilidades, si bien el Everton fue el primero en buscar el juego directo. Kevin Mirallas monopolizaba el ataque de los toffees, frente a un Sakho que sufrió con el belga cuando Moreno se incorporaba al ataque red. A pesar de ello, ni Romelu Lukaku ni Steven Naismith pudieron aprovechar las internadas del belga. En el minuto 15, Lucas Leiva tuvo que dejar su sitio a Joe Allen, que sustituyó al brasileño por unas molestias musculares.
El Liverpool lo intentaba con un participativo Sterling, pero muy marcado por los locales, cedió su protagonismo a un actor secundario: Ibe. El jovencísimo extremo fue de lo mejor de los reds en la primera mitad. El gol le fue negado primero por Joel y después por la madera, que escupió su zapatazo desde la frontal. Tras esto, poco más en una primera mitad que se basó más en sensaciones que en ocasiones claras de gol, con una notable superioridad de las defensas frente a los ataques.
En la segunda mitad, el partido no cambió mucho y las ocasiones se contaron con cuentagotas. Los reds no supieron aprovechar un robo de Coutinho en la salida de balón toffee que dejó una situación de superioridad atacante pero el brasileño no escogió bien. Sterling tuvo seguidamente dos mano a mano frente a Joel, que se decantaron para el guardameta local. Entraron Sturridge y Lennon para buscar romper las defensas rivales pero el partido entró en una dinámica lenta y con poco juego en las áreas. Lukaku despertó en el tramo final pero no fue suficiente para cambiar el marcador.
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