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El Liverpool llegaba a Turquía con la ventaja del gol de penalti que Mario Balotelli había convertido sobre el final del encuentro en Anfield, ante el Besiktas y por los dieciseisavos de final de la UEFA Europa League. Esa vía, la de los penaltis, sentenció la suerte de los reds en el juego de vuelta disputado este jueves.
El conjunto de Brendan Rodgers no pudo reafirmar lo realizado una semana atrás y cayó en Estambul por la mínima diferencia. Tolgay Arslan, que había entrado al terreno por el exatlético José Sosa sobre los 61 minutos, marcó el único tanto de los locales once más tarde, a los 72'. Un verdadero golazo desde afuera del área que fue imposible para el portero Mignolet. Llegaba como consecuencia del dominio, de la presión alta y de la actitud mostrada en la etapa final.
El Liverpool no fue capaz de encontrar respuestas satisfactorias y se conformó con ir a la prórroga. Especialmente cuando el larguero devolvió un remate de Demba Ba que hubiera sido la eliminación red al minuto 92.
En los 30 minutos extra, el Besiktas parecía que se llevaría el premio mayor porque lo intentó más y se acercó mucho a la valla de los visitantes. Sin embargo, en el tramo final de la segunda parte, los ingleses se atrevieron y fueron hacia adelante, generando algún susto a los turcos. El luminoso no se movería y se irían a los penaltis, donde prevalecería la puntería del cuadro turco.
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