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domingo, 11 de mayo de 2014

Una campaña memorable que termina con victoria


Dos cosas necesitaba el Liverpool para lograr el milagro y solo se dio la que estaba en su mano.El Manchester City no perdió pero los reds se impusieron a un Newcastle sin nada en juego. Eso sí,  Anfield tuvo que vivir una agónica remontada tras el de Martin Skrtel en su propia portería. Dos jugadas calcadas a balón parado le sirvieron a los locales para dar la vuelta al marcador con Daniel Agger y Sturridge como goleadores.

Intenso pero impreciso. Así comenzó el Liverpool su trascendental choque ante las urracas. Los de Brendan Rodgers gozaron de la posesión del balón pero el equipo notaba la presión de la importancia del choque y el equipo cometía errores en pases a los que este equipo no nos tiene acostumbrados. Pero los a pesar de esta situación y de la gran ocasión de Ameobi a los nueve minutos, los locales inquietaron a Tim Krul.

Pasado el primer cuarto de hora, Luis Suárez se sacó de la manga una obra maestra a la que el colegiado no vio validez. El uruguayo trató de sorprender al portero del Newcastle sacando rápido una falta y logró una maravillosa vaselina en la que el meta no pudo hacer nada. Sin embargo, el árbitro entendió que la pelota estaba en movimiento y anuló el tanto del Liverpool.

Poco después la mala fortuna se iba a aliar con los visitantes. Yoan Gouffran apareció por banda izquierda y sacó un centro que quiso interceptar Skrtel. El central consigue tocar el esférico con tan mala suerte que el central anotó en su propia portería. Pero con el marcador en contra, Anfield empezó a apretar. Los jugadores se impregnaron de la magia del escenario y se lanzaron a por la igualada. Y a pesar de que la ocasión más clara la tuvo el Newcastle en un uno contra uno que salvó magistralmente Mignolet ante Gouffran, los de Rodgers tuvieron varias posibilidades de empatar. Luis Suárez tomó el mando del ataque y desquició a los defensas rivales. Sin embargo, fueron Agger y Sturridge los que estuvieron más cerca de marcar en sendos cabezazos que por poco no acabaron en el fondo de la red.

Tras el descanso y a pesar del resultado que se estaba dando entre el Manchester City y el West Ham, los de Merseyside se obsesionaron en regalar a su gente una gran remontada. El balón parado fue ganando en importancia y por esa vía llegarían todos los goles en la segunda parte.

En el 62' llegó el primero. Steven Gerrard colocó el balón y puso un centro al segundo poste en un saque de falta buscando un rematador. En esa posición apareció Agger que se lanzó con todo para empalmar el zurdazo y batir así a Tim Krul. Pero lo que nadie esperaba es que dos minutos después, el capitán del Liverpool fuera a dibujar la misma jugada. De nuevo lanzamiento al palo largo y esta vez es Sturridge el que llega para meter el pie y culminar la remontada.

Tras el segundo tanto local, el Newcastle acabaría con un jugador menos. Ameobi demoró el saque de centro y el árbitro decidió mostrarle la segunda amarilla. Con la superioridad numérica, los reds avasallaron aun más a las urracas aunque sin resultado. 

Una inferioridad del Newcastle en cuanto a efectivos que se amplió a cuatro minutos del final. Una dura entrada de Paul Dummett sobre Luis Suárez en el centro del campo acabó con el jugador visitante expulsado. Pero todo estaba ya decidido. El ritmo fue decreciendo ante la intrascendencia del resultado y el choque fue muriendo hasta el pitido final. Victoria agridulce en un año en el que el Liverpool rozó el título de liga tras veinticuatro años sin lograrlo. Anfield seguirá esperando la Premier League.

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