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El Liverpool consiguió hoy, en el campo del Norwich, su undécima victoria consecutiva (2-3) y asestó un golpe casi definitivo a la Premier al poner cinco puntos de distancia con el segundo, el Chelsea, aprovechando el pinchazo del equipo de José Mourinho este sábado en casa frente al colista.
La sorprendente victoria del Sunderland (1-2), primera derrota de Mourinho en Stamford Bridge después de 77 partidos, dejaba medio título en manos del Liverpool en vísperas de su visita al Norwich, cuarto por abajo y, por tanto, en riesgo de descenso. Brendan Rodgers no pudo contar, por lesión, con Daniel Sturridge, autor de 20 goles esta temporada y uno de los seis candidatos a mejor jugador de la Premier, pero el equipo no acusó su ausencia. En once minutos ya ganaba por 0-2, con goles del jamaicano Raheem Sterling (4') y del uruguayo Luis Suárez al minuto 11. El Liverpool había salido en tromba a resolver la contienda y tuvo en Sterling, que se movía libre entre líneas, a su mejor hombre en esos primeros momentos. Marcó el primer tanto y sirvió a Suárez para que el uruguayo hiciera su trigésima diana esta temporada.
Tras el descanso, el partido cobró emoción con el gol de Gary Hooper para el Norwich en el 54', al recoger un rechace y disparar raso tras una defectuosa salida del portero belga Simon Mignolet. La intriga duró poco. En el 62', Sterling cortó un pase en su propio campo y penetró hasta el área de enfrente, donde su remate desde la frontal, tras rebotar en un defensa, se elevó por encima del guardameta Ruddy. Quedaba media hora y los sustos no habían acabado para los reds.
En el minuto 77, un centro de Olsson desde la banda izquierda fue cabeceado a la red por Robert Snodgrass. El 2-3 devolvía la emoción a un encuentro que el Norwich quiso desordenar, y en el 82' Mignolet atrapó sobre la misma línea el peligroso cabezazo picado de Ricky van Wolfswinkel. Ya en el descuento, Lucas tuvo en sus pies el 2-4, pero desvió Ruddy y el marcador ya no se movió.
El Liverpool, que no gana la liga desde hace 24 años, acaricia ya el título, que sería el decimonoveno de su historia, y además se asegura matemáticamente un puesto en la Champions League de la próxima temporada.
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