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El Real Madrid certificó en el Ali Sami Yen el pase a su tercera semifinal consecutiva de la Champions League. Poco tardó en adelantarse en el marcador. Sólo los siete minutos que necesitó Cristiano Ronaldo para marcar su décimo tanto en la competición y demostrar por qué es el máximo goleador de la Copa de Europa. Eboué, Sneijder y Drogba llevaron algo de incertidumbre a la eliminatoria en la segunda mitad y dieron motivos para creer en la remontada a una afición que apoyó a su equipo hasta el final, pero de nuevo el portugués, ya en el tiempo añadido y pese a jugar con uno menos por la expulsión de Arbeloa por doble amarilla en el 89’, refrendó la clasificación. Los blancos ya están entre los cuatro mejores equipos de Europa y este viernes, a partir de las 12:00h (local), conocerán a su rival.
Las intenciones eran más que evidentes desde un primer momento. El Galatasaray quería aferrarse a su público y al recuerdo de la remontada europea ante el Neuchatel Xamax suizo de la temporada 1988-89 para dar la vuelta a la eliminatoria y vivir una “noche para la historia”, como deseó Fatih Terim en la previa. El Real Madrid, acostumbrado a protagonizarlas ante su público, conocía a la perfección la receta para que no se produjera. La clave la dio Mourinho: “Nos hemos preparado en serio para un partido de alta dificultad y mis jugadores van a responder”. Y así fue. Los blancos supieron contener la presión inicial de su rival, dispusieron de la primera ocasión del partido en un mal despeje de Muslera en el 3’, que Di María no pudo aprovechar, y se adelantó en el marcador. La conexión alemana entre Özil y Khedira terminó con el remate de Ronaldo en boca de gol en el 7’.
El máximo goleador de la competición anotó su décimo tanto y prácticamente decidió la eliminatoria cuando aún no se habían cumplido los diez primeros minutos. El Ali Sami Yen, que hasta ese momento era una ‘caldera’, se quedó helado. Su equipo debía hacer cinco goles para clasificarse y, pese a ello, era su rival el que seguía teniendo las ocasiones. Impresionante pase de tacón de Cristiano Ronaldo y Di María disparó con el exterior de su pierna izquierda. Los reflejos de Muslera evitaron el tanto en el 24’. La asistencia y el remate merecieron mejor final. Seis minutos después Mourinho se vio obligado a realizar el primer cambio. Essien se retiró del campo con molestias y dejó el lateral derecho a Arbeloa. Los blancos se marcharon al descanso, salvo por un remate de Sneijder desde la frontal en el 38’, sin que apenas les crearan peligro.
El Real Madrid también tuvo el monopolio del balón en la segunda mitad y fruto de su dominio pudo llegar el segundo tanto en el 56’. Di María cedió a Cristiano Ronaldo y el portugués, en el punto de penalti, se dejó el balón atrás y no pudo dar dirección a su remate en el mano a mano con Muslera. En la siguiente jugada, el Galatasaray igualó el choque. Pase atrás de Sneijder y Eboué, que llegó desde atrás, llevó el balón a la red con el exterior de su pierna derecha. 1-1. El público empezó a animar con más fuerza y el conjunto local, pese a que aún tenía que marcar cuatro goles más para pasar, comenzó a llegar con más asiduidad.
Sneijder pudo adelantar a su equipo, pero erró en el mano a mano con Diego López. No lo hizo en el 71’ tras una gran jugada personal. Un minuto más tarde Drogba, de bonito taconazo, marcó el tercero de los locales. El Ali Sami Yen empezó a creer entonces en la remontada, pero el Real Madrid se puso el mono de trabajo y logró acceder a su tercera semifinal consecutiva. El gol de Cristiano Ronaldo en el tiempo añadido, pese a que Arbeloa fue expulsado por doble amarilla en el 89’, lo refrendó.
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