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martes, 2 de octubre de 2018

Golpe sobre la mesa


Quién sabe lo que ha pasado por la cabeza de los bianconeros en los diez primeros minutos del duelo contra el Napoli. En ese periodo de tiempo, suficiente para que Mertens adelantara a los suyos, los hombres de Allegri estaban irreconocibles. Pero a partir de ese momento, la Juve, y con ella el partido, cambió de cara. Ronaldo se echó el equipo a las espaldas, Mandzukic golpeó como un delantero de raza y Bonucci cerró un partido que valió una ventaja de seis puntos en la clasificación y un aviso a las ambiciones de remontada de cualquier rival.

El inicio no es el esperado, con timidez y casi con temor. Ello permite a un Napoli más convencido ponerse a comandar el partido y adelantarse en el minuto 10. Un error de Bonucci hace que le llegue el balón a Allan, que sirve a su vez a Callejón, quien se apoya en Mertens, sólo en el centro del área, para anotar. Pero la actitud de los bianconeros cambia de inmediato. Poco a poco la Juve resurge, sin forzar, pero con una convicción creciente. Empiezan a recuperar el equilibrio y aumentan la presión. Por eso el empate de Mandzukic en el 26' aparece como una evolución natural de lo que pasa en el campo, también porque llega de las botas de Ronaldo, uno de los mejores sobre el campo.

Es otro partido completamente. Ahora sólo está la Juve sobre el campo, que roza en muchas ocasiones el segundo gol. El Napoli por su parte sólo se deja ver al final, aunque todo lo demás es un monólogo bianconero, que no produce todo lo que merecería sólo por la atención en defensa de los visitantes y por algún error de puntería.

Y si la puntería se ajusta... minuto 49 del segundo tiempo. Dybala se inventa una cabalgada de 40 metros, el balón llega a Ronaldo, quien manda un derechazo al palo. Pero ahí estaba Mario Mandzukic, en el sitio adecuado, para marcar y lograr su doblete. El Napoli reacciona elevando la presión y la velocidad de las jugadas. También la agresividad, y quizá de manera excesiva ya que Mario Rui, con una amarilla, entró con dureza sobre Dybala. Segunda amarilla y los partenopeos con 10. Ancelotti llama a Mertens y Zielinski, metiendo a Milik y Malcuit, y Allegri responde con Bentancur y Bernardeschi en el puesto de Emre Can y Dybala.

Pero los visitantes no se rinden, teniendo Callejón una gran ocasión a la que responde muy bien Szczesny. Pero tener un ocasión ante esta Juve y no aprovecharla es muy peligroso, porque se corre el riesgo de desencadenar una reacción. Y ésta llegó tras un saque de esquina, que batió Pjanic, Ronaldo remató de cabeza y Bonucci mandó a la red desde el suelo. El marcador pudo haber sido incluso más amplio si Ronaldo, liberado por Bernardeschi, no hubiese sido frenado por Ospina y después no hubiera enviado un balón al lateral de la red. El portugués mereció el gol, pero el “matador” de la noche fue Mandzukic, que a cinco minutos del final dejó su puesto a Cuadrado entre aplausos. Aplausos que continuaron hasta el pitido final, para un equipo cada vez más convincente. Cada vez más fuerte. Cada vez más líder.

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