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El Liverpool sufrió, pero se las ingenió para vencer 2-0 en casa a un ultra defensivo Sunderland para volver al triunfo y retomar transitoriamente la punta de la Premier League, a la espera de lo que haga el Chelsea más tarde ante el Tottenham Hotspur. Goles en la segunda mitad de Divock Origi y James Milner, este último de penal, dieron el triunfo a los reds, que se demoraron más de la cuenta para romper el muro visitante.
Al Liverpool le costó entrar en su juego y encontrar espacios ante un rival que se replegó atrás, cediendo prácticamente toda la iniciativa a los locales. De esta forma, los primeros 45 minutos fueron un monólogo sin profundidad de los reds, que atacaron con más ímpetu que fútbol y, salvo un tiro cruzado de Dejan Lovren que rozó el poste, no pusieron en real peligro al meta Jordan Pickford. Pero la peor noticia del primer tiempo fue la lesión de Philippe Coutinho, quien abandonó la cancha en camilla tras un fuerte choque de pies con Didier N’Dong. En su lugar entró Origi, quien se convertiría en el héroe del sábado cuando todo indicaba que las cosas terminarían en otra igualdad frustrante para los reds.
Es que al igual que el 0-0 ante el Southampton en la fecha anterior, el Liverpool se topó con un rival atrincherado en su campo que apostaba por el empate. Después de tanto insistir, sin embargo, los dueños de casa obtuvieron su premio a los 75’ gracias a una genialidad de Origi, quien recortó a su marcador y disparó cruzado al segundo palo, venciendo la estirada de Pickford y desatando la locura entre el público de Anfield. Sobre el final, un penal sobre Sadio Mané fue convertido por Milner para sellar la victoria y lograr un marcador más vistoso para un LIverool que sumó tres difíciles pero merecidos puntos.
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