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Para esta temporada, la noticia más trascendental dentro de la plantilla bávara ha sido la salida de Bastian Schweinsteiger, ícono y segundo capitán del equipo, siendo éste un golpe duro para toda la afición y marcando la despedida de uno de los jugadores históricos dentro del club. Junto a la salida de Schweinsteiger, se suman también las bajas de Mitchell Weiser (Hertha de Berlin) y Xherdan Shaqiri, quien ya había salido del club desde el mercado invernal. Además, Pepe Reina decidió poner fin a su aventura en tierras germanas marcando su regreso a Italia tras un año como segundo arquero dle Bayern.
Sin embargo, los refuerzos no se han hecho esperar, siendo el más sonado de todos el del chileno Arturo Vidal, quien llega procedente de la Juventus y regresa a la Bundesliga tras haber tenido un paso por el Bayer Leverkusen. Además, Douglas Costa, extremo zurdo del Shakthar Donetsk, llega a la Säbener Strasse para colocarse como un relevo a futuro de Frank Ribery, quien pinta para ser el gran ausente de la temporada por lesión. Otro de los fichajes claves ha sido el del joven mediocentro Joshua Kimmich, quien se perfila como el volante del futuro Bayern y una figura a formar por Guardiola. El mercado se ha cerrado con la compra de Sven Ulreich y los regresos de Pierre-Emile Hojbjerg, Julian Green y Jan Kirchoff.
Todos estos fichajes marcan una clara transición dentro de la plantilla. La llegada de jóvenes elementos como Costa y Kimmich, más el rol que puedan desempeñar otros como Hojbjerg, Green y el propio Ulreich, dejan en claro que Guadiola sabe que debe refrescar su equipo, dotarlo de juventud y llenarlo de la vitalidad que produce toda renovación. A ellos se suma la experiencia y fuerza de piezas como Vidal, Thiago Alcántara, Holger Badstuber o Javi Martínez, quienes parecen haber dejado atrás sus lesiones y se ponen a disposición de Guardiola, algo que el estratega catalán no había podido disfrutar en ninguna de sus temporadas anteriores.
Como lo dejó en claro la temporada pasada, Guardiola juega con dos sistemas claros aunque variando entre cada uno según el curso de cada partido. Desde su tradicional 4-3-3, estandarizado desde sus años en Barcelona, hasta su variante en un 3-4-3 o hasta un 3-5-2, el Bayern no parece querer alterar su idea con respecto a la temporada pasada en cuanto a dibujo táctico, aunque sí parece dar vistos de probar variantes nuevas en cuanto a posicionamiento y funcionamiento táctico dentro del césped.
En ambos sistemas la idea siempre es la misma: posesión de balón, control absoluto de las acciones del encuentro, progresión y construcción de jugadas en base a toques cortos y precisos y apertura por las bandas con dirección diagonal hacia el área. La salida la dictamina el mediocentro, quien retrocede a zona de centrales para ejecutar una apertura de los defensores y una mayor proyección de los laterales, abriendo un abanico de tres hombres de zona baja para armar una salida con balón dominado. En este caso, la variante mostrada los últimos días pasa por confiar la salida larga, saltar líneas ante la presión del rival y ubicar a Lewandowski o Müller como postes para la llegada de los volantes en segunda línea y sortear así la asfixiante presión que les puedan ejercer en la salida.
Ya en ataque, con los interiores (4-3-3) o los volantes por fuera en los carriles (3-4-3), el equipo se extiende hacia las bandas con la posibilidad de enfilar en diagonal para generar superioridad dentro del área o bien para crear juego sobre las bandas y encontrar al delantero dentro del área. En esta idea, más allá de los protagonistas, todo parece indicar que Robben y Müller vuelven a ser los jugadores claves, con el aporte de Götze y Costa como segundas opciones sobre los costados. Además, la presencia de hombres como Xabi Alonso, Arturo Vidal o el mismo Thiago Alcántara garantiza una segunda línea que absorba al rival en los rebotes y genera volumen de juego o bien pruebe de larga distancia para generar variantes en ataque.
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