La reconstrucción en la Juventus está costando más de lo que se podía esperar. De aquel tetracampeón del Scudetto y subcampeón de Europa, sólo queda el recuerdo. Es que tras las primeras presentaciones del equipo de Massimiliano Allegri en la temporada 2015/16, quedó muy claro que todavía resta mucho por trabajar para que empiece a funcionar la nueva Vecchia Signora.
Tras perder en las dos primeras fechas de Serie A, ante el Udinese -como local- y Roma, la Juve logró sumar su primer punto frente al Chievo. Estuvo muy cerca de quedarse con las manos vacías, nuevamente, pero apareció el argentino Paulo Dybala para gritar el empate cerca del final y darle, al menos, un respiro al equipo de Turín.
La visita, que contó con Albano Bizarri y Lucas Castro desde el arranque, empezó ganándolo desde temprano gracias al gol, a los 5', de Perparim Hetemaj. Y todo se le volvió cuesta arriba a la Juventus que, lejos de su mejor funcionamiento, terminó llegando a la igualdad recién a siete minutos del final, luego de que Dybala cambiara por gol (el tercero en cuatro partidos en la Juve) el penal que le cometieron al colombiano Juan Cuadrado.
Más allá de la alegría de los hinchas por no haber vuelto a perder -lo que hubiera significado el peor arranque de su historia-, está claro que un punto de nueve es muy poco para una Juve que se había acostumbrado a ganar todo y que ahora atraviesa una compleja etapa de reconstrucción.
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