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El Boxing Day pudo acabar de manera trágica para el Liverpool. Los de Brendan Rodgers vencieron 0-1 en Toorf Moor gracias a un gol de Raheem Sterling, que no marcaba desde el 30 de septiembre en la Premier League. Sin embargo, el Burnley fue superior a su rival pero no logró el premio a pesar de tener buenas ocasiones y del gran partido de su delantero Danny Ings.
Como si de un ejercicio de una escuela de arte dramático se tratase, los dos equipos hicieron un intercambio de papeles. El Burnley se tomó el que a priori no le correspondía: el de protagonista. Los de Sean Dyche tomaron la iniciativa del choque y pusieron en un auténtico compromiso con un Danny Ings espectacular en ataque. El joven delantero mandó al cuarto de hora un balón al poste que asustó tanto al portero de los Reds, Brad Jones, que acto seguido acabó pidiendo el cambio por una lesión.
Los visitantes se mostraron durante toda la primera mitad muy imprecisos. Malos pases, mediocres transiciones y un Raheem Sterling haciendo la guerra por su cuenta. Para acercarse a la portería de Thomas Heaton tuvieron que valerse de un error de un centrocampista del Burnley. Un mal despeje dejó a Adam Lallana en una buena posición de disparo, pero un centrado lanzamiento acabó directamente en las manos del portero. Siguió sufriendo el Liverpool hasta el descanso viendo como su rival llegaba al área teniendo incluso ocasiones de gol. La mejor un tiro a colocar de George Boyd que se marchó fuera por muy poco.
Después del descanso, las sensaciones se mantuvieron. Brendan Rodgers deshizo su defensa de tres y colocó a Emre Can en el lateral derecho. Un cambio que no revolucionó el juego de los Reds a pesar de que los visitantes lograran encontrar el premio. Al final las individualidades en el ataque salieron a relucir y en el minuto 61 una combinación entre Phillipe Coutinho y Sterling sirvió para que se adelantara el Liverpool. Genial pase de espaldas del brasileño por encima de los centrales que encontró a su compañero desmarcado que tras sentar al portero logró marcar un importante gol.
Con la ventaja en el marcador, el entrenador del Liverpool decidió que necesitaba más para poder ampliar su distancia. No dio opción a Mario Balotelli pero sí a Rickie Lambert. El delantero centro entró en la segunda mitad y pudo ampliar la distancia de no señalar el colegiado un fuera de juego que acabó en gol. Pero ni unos ni otros encontraron premio en la portería rival. Ni Danny Ings, más desaparecido en la segunda mitad, con un disparo lejano, ni Sam Vokes en su regreso con el Burnley, pudieron hacer nada en un partido en el que el Liverpool se llevó tres puntos que no mereció.
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