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En Gelsenkirchen asumen una etapa de transición mientras sueñan con dar la campanada en unos octavos de final que se le presentan tremendamente complicados. Su principal argumento motivador será el regreso de su estrella Julian Draxler tras varios meses lesionado. Talento que, a priori, se antoja insuficiente para sorprender a uno de los favoritos al título.
Y menos aún si se observa el último precedente ante el vigente campeón. El Madrid de Ancelotti ya se cruzó en su camino en octavos de final en la última edición. El conjunto blanco dejó cerrada la eliminatoria en el Veltins Arena con un apabullante 1-6. En la vuelta, un puro trámite, el Madrid volvió a doblegar al conjunto alemán (3-1).
No es favorito ni se cuenta con ellos para estar en cuartos, pero el Schalke 04 cuenta con un DNI que garantiza dar la talla hasta el último momento. No lo pondrá fácil ni se vendrá abajo por su supuesta inferioridad ante uno de los 'cocos' del sorteo.
Sin una estrella consolidada, la veteranía de Huntelaar o la falta de continuidad de Draxler por sus problemas físicos impiden hablar en el Schalke 04 de una figura contrastada. Nadie con la confianza para echarse el equipo a las espaldas y decidir un partido con su prestigio o condición de estrella.
Julian Draxler desprende calidad por los cuatro costados y el Schalke 04 con él es un equipo bien distinto. Sin embargo, las lesiones vuelven a frenar la carrera de un futbolista llamado a acompañar a los Kramer, Götze, Reus y otras jóvenes promesas que son ya una realidad.
En su primer año en Gelsenkirchen, Choupo-Moting se ha destapado con una opcíón más que válida en el ataque del conjunto alemán. Su poderío aéreo, potente zancada o contundente remate complementan a la perfección el olfato goleador de Huntelaar.
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