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Vibrante comenzó el partido en el Sánchez Pizjuán. En menos de media hora se vieron dos goles, uno por equipo, y un gran número de ocasiones, la mayoría de ellas para los visitantes. Bale, en un remate desde la frontal, protagonizó la primera jugada de peligro en el 3’ y las dos posteriores fueron de Benzema, que se encontró con Beto en el 7´y el 11’. Tres minutos después Cristiano Ronaldo abrió el marcador. El lanzamiento de falta del portugués golpeó en el brazo de Bacca y sorprendió al portero local.
El Real Madrid no sólo dominaba el partido sino que también tenía el marcador a su favor, pero poco duró la alegría. El Sevilla aprovechó un contragolpe que finalizó Bacca para igualar el encuentro en el 19’. Los locales acertaron en su primer disparo entre los tres palos. Con este resultado se llegó al descanso, aunque los blancos merecieron encaminarse al túnel de vestuarios con ventaja en el electrónico y más después del mano a mano de Bale con Beto en el 43’ y el disparo al poste de Cristiano Ronaldo en la jugada inmediatamente posterior. El luso convirtió un balón que parecía perdido en una vaselina que superó al portero del conjunto andaluz, golpeó en el poste y se paseó por la línea de gol hasta que Pareja lo despejó.
La segunda mitad fue un acoso y derribo de los visitantes. Si en la primera parte decíamos que merecían más, llegados al ecuador de la segunda corroboramos esa impresión. Poco le duraba el esférico a los locales y los madridistas eran los únicos que generaban peligro. La mala suerte se cebó con los de Ancelotti y, al igual que ocurriera en los primeros 45 minutos, el Sevilla marcaba en su primer disparo entre los tres palos. Bacca, en el 72’, fue de nuevo el autor del tanto.
El Real Madrid siguió luchando y lo intentó hasta el final ante un Sevilla que no tuvo reparos en encerrarse en su campo y entregar el esférico al rival, pero pagó caro su falta de puntería y tropezó de forma inmerecida en el Sánchez Pizjuán.
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