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jueves, 13 de marzo de 2014

De espectáculo a sufrimiento


Juventus y Fiorentina sellaron un emocionante empate (1-1) en el partido de ida de los octavos de final de la UEFA Europa League. Los bianconeri tendrán que intentar confirmar sus buenas sensaciones de juego en Florencia, ya que fueron superiores ante su público pero no supieron sentenciar y acabaron recibiendo un gol inesperado en el tramo final de partido.

La gran fiesta italiana en la competición continental deparó un comienzo espectacular. Ni siquiera el guión más optimista de Antonio Conte habría presagiado que sus hombres se adelantaran a las primeras de cambio gracias a Arturo Vidal: el centrocampista chileno culminó con pierna diestra una buena jugada que se trenzó en la frontal gracias al talento turinés en tres cuartos de campo, con Pirlo, Asamoah, Marchisio y Giovinco dibujando el camino hacia la portería de Neto. Era el minuto 3, y la Fiore recibió un jarro de agua fría que hizo revivir los fantasmas de la derrota cosechada el fin de semana en la Serie A.

El conjunto viola se puso manos a la obra y trató de reaccionar, comandado en gran parte desde el centro del campo por Borja Valero, aunque ese esfuerzo solo se tradujo en algún acercamiento aislado de Aquilani y Matías Fernández. Sin duda no fue suficiente para generar verdadero peligro, y la Juve dominó con brillantez dando un nuevo aviso con Vidal, que gracias a un pase de un inconmensurable Pirlo mandó el esférico al poste con un testarazo.

Tras el descanso, los locales perdieron un poco de precisión y magia tras bordar la primera parte, aunque a la Fiorentina le costó aprovechar esa pequeña concesión. Mientras tanto, ambos entrenadores apostaron por la potencia en ataque: Conte metió a Llorente y Pogba para buscar más presencia en el área, mientras que Montella se decantó por Mario Gómez.

Y sin duda, el técnico del conjunto visitante dio con la tecla. Pese a que solo la Juventus generaba peligro, el delantero alemán se fabricó un tanto sensacional gracias a un control delicioso y un disparo cruzado ante el que nada pudo hacer Buffon. De la nada, como por arte de magia, el exdelantero del Bayern de Múnich restableció las tablas en el luminoso dejando claro que todavía puede dar mucho más con la camiseta violeta.

Ni la posesión, ni las sensaciones, si siquiera el talento fue suficiente para desnivelar un partido en el que la Fiorentina se encomendó a la individualidad para olvidar sus carencias a nivel colectivo. Los de Montella cosecharon un resultado inmejorable si lo comparamos con sus méritos durante los noventa minutos, y sin duda tendrán la posibilidad de dar algún susto en el Artemio Franchi.

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