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domingo, 9 de febrero de 2014

Dos puntos perdidos en el tiempo agregado


No era un partido sencillo el que tenía que jugar la Juventus en el Bentegodi. Lo dejó bien claro el Verona en la primera vuelta, que no ha regresado a la Serie A para pasearse, sino que quiere volver a ser un equipo importante en la máxima categoría el fútbol italiano. En Turín, se adelantó en el marcador e hizo sufrir a la Juventus hasta que Tévez y Llorente, en el que fue su primer gol en Italia, remontaron y dieron el triunfo a la Vecchia Signora. La relajación con la que inició aquel partido la Juve le pasó factura y esta vez quería evitarlo a toda costa. Eso sí, cuando el choque parecía decidido, Luca Toni hizo sudar a su ex equipo para mantener la ventaja.

Y de hecho, sólo cuatro minutos tardó la Juve en adelantarse en Verona. Salió muy intensa, buscando el gol desde el primer instante y lo encontró Tévez, aprovechando un rechace de Rafael a un fortísimo disparo de Asamoah desde la izquierda. El tanto parecía matar las aspiraciones de cualquier cosa del Verona, no lograrían dominar la pelota en ningún instante del choque, ni siquiera con el 1-2. Mandorlini estableció un 4-3-3, que se convertía en un claro 4-5-1 a la hora de defender, dejando a Toni como único referente arriba, como buscavidas. Además, el Verona dejó actuar con libertad a Pirlo durante todo el primer tiempo, lo que permitió una comodidad enorme para la Juventus, quizás no esperada, al tratarse el Verona de un equipo que lucha por entrar en Europa.

Conte estableció un once muy habitual, con la única variación de Barzagli, lesionado. Su puesto lo ocupó Cáceres. Pogba, como ya es norma, fue titular por delante de un Marchisio que no jugó en todo el partido. Arriba, Llorente tuvo un partido más gris de lo habitual, participando sólo en el primer tiempo como enlace entre Pirlo y Tévez. Eso sí, el que volvió a encontrar al Apache para su segundo tanto fue Pogba, que asistió al argentino, algo adelantado, para que marcara su primer doblete en Italia. De ahí hasta el descanso, la Juventus controló absolutamente el balón sin oposición. Todos los jugadores del Verona estaban lejos del portador de la pelota y éste jugaba siempre con comodidad.

Pero como decimos, el único peligro del Verona era Toni, que no es precisamente poco peligro. Cada balón llovido al área de la Juve era un sufrimiento para Bonucci y Chiellini, defensores de la torre italiana. Ninguno de los dos pudo frenarlo cuando remató a gol, con una potencia enorme, el centro de libre directo de Rômulo. El juego del Verona era escaso, casi inexistente, pero cada acción a balón parado era ocasión de gol, como ocurrió a unos quince minutos de acabar el choque, cuando Buffon sacó milagrosamente otro remate de Toni pegado al palo.

Las dos fueron faltas laterales desde el perfil diestro del ataque veronés. Las dos crearon muchísimo peligro. El árbitro señaló otra falta similar en el tiempo de descuento. Antes, Osvaldo, que debutó, y Vidal, mandaron dos balones a los postes. Mandorlini gritó desesperado a sus jugadores por qué habían sacado la falta en corto. El motivo fue que querían que el balón lo colgase Rômulo, de nuevo. Apareció Juanito entre el desorden bianconero para poner el 2-2 definitivo y robar dos puntos a una Juventus que regaló confianza a un Verona que no la tenía.

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