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La historia del Real Madrid está plagada de momentos épicos e historias para el recuerdo que se trasmiten generación a generación. Old Trafford, el Teatro de los Sueños, ha sido protagonista de algunas de ellas. Hoy hemos asistido a una nueva demostración para acceder a cuartos de final de la Champions League. La primera parte, igualada, terminó sin goles. Todos llegaron en una segunda mitad de infarto. Ramos, en propia puerta, puso aún más difícil el objetivo de los blancos en el 48’, pero la expulsión de Nani en el 56’ espoleó a los visitantes, que en dos minutos sellaron su clasificación para los cuartos de final. Modric inició la remontada con una genialidad en el 66’. La forma en la que el balón golpeó en el palo y se coló en la portería de De Gea dio aún más belleza a su disparo de rosca desde la frontal. Sin tiempo para asimilarlo, Ronaldo decidió la eliminatoria y cerró una semana de ensueño después de rematar en el segundo palo una bonita jugada colectiva.
La Champions League no da lugar a segundas oportunidades en los cruces. Real Madrid y Manchester United eran conscientes de que los ojos del mundo estaban puestos en Old Trafford y que cualquier error se podía pagar caro en un encuentro tan igualado y abierto tras el 1-1 de la ida. Quizá por ello el comienzo del partido dejó claras las intenciones de unos y otros. Con los mismos once futbolistas que tan buenos réditos dieron a los madridistas en el Camp Nou, los blancos tenían la posesión del esférico y el conjunto inglés optó por esperar e intentar sorprender a la contra.
La primera ocasión fue para los visitantes. Higuaín, en el 11’, recibió en la frontal, controló ante tres defensas rivales y su disparo, con rosca, se marchó muy cerca de la portería que defendía De Gea. El Manchester United puso la réplica. Córner que sacó Giggs y Vidic, de cabeza, remató al palo en el 20’. Posteriormente, y pese a que la jugada ya estaba invalidada por fuera de juego, Welbeck remató en boca de gol y obligó a lucirse a Diego López desde el suelo. Las jugadas de peligro se sucedían y el Real Madrid volvía a intentarlo en el 32’. Pase a la espalda de la defensa de Di María a Higuaín, que escorado estrella el esférico en el pecho del portero local. Un minuto después llegó el turno del conjunto inglés. Van Persie disparó, Diego López no llegó a atajar el balón y acto seguido se lució en el uno contra uno frente a Welbeck. Antes de que finalizase la primera mitad, Di María se lesionó en una carrera y los blancos tuvieron que jugar con diez futbolistas durante tres minutos antes de que Kaká le sustituyera en el 45’.
Modric y Cristiano Ronaldo decidieron
Quedaban 45 minutos por delante y todo por decidir en una eliminatoria que parecía indicar que se resolvería por pequeños detalles. Y la mala suerte se cebó con los blancos en el 48’. Centro de Nani y Ramos, al intentar despejar, alojó el esférico en su propia portería. El tanto, lejos de hacer daño a los madridistas, les espoleó. Tenían que marcar de igual manera, pero el tanto visitante llevaría ahora el partido a la prórroga. No había tiempo ni para respirar y más tras la expulsión de Nani en el 56’ por una patada a Arbeloa. Mourinho decidió entonces dar entrada a Modric por Arbeloa en el 59’ y los madridistas se hicieron dueños y señores del choque. Un minuto más tarde estuvieron cerca de igualar la contienda. Córner que sacó Özil, prolongó Varane y dio continuidad Higuaín, de cabeza. Rafael, sobre la línea de gol, salvó a su equipo con el brazo izquierdo.
Llegaron entonces los mejores momentos del Real Madrid, que decidió su pase a cuartos en apenas dos minutos. Modric inició la remontada con una genialidad. El croata recibió en la frontal, dejó atrás a un rival y batió a De Gea con una preciosa rosca en el 66’. La osadía y el atrevimiento de los blancos les impidieron quedarse ahí y en una bonita jugada colectiva anotaron el segundo. Pase de tacón de Özil, centro de Higuaín y Ronaldo, en el segundo palo, empujó el esférico a la red en el 68’. Ya no habría prórroga y el Manchester United debía hacer dos goles si quería pasar. Quizá por ello, y de forma inteligente, Mourinho apostó por sustituir a Özil y dar entrada a Pepe.
El Manchester, con el apoyo incesante de su afición, creía en la remontada, pero el Real Madrid demostró madurez sobre el césped e incluso pudo anotar el tercero en un disparo de Kaká que se encontró con el palo en el 87’ y un mano a mano de Ronaldo, en el que estuvo muy acertado De Gea. Igual de espléndido que Diego López, decisivo ante los remates de Chicharito, Van Persie y Vidic en los instantes finales. Los blancos ponen el broche de oro de esta forma a una semana en la que se clasificaron para la final de Copa en el Camp Nou, vencieron de nuevo al Barcelona en Liga y han sellado su pase para cuartos de la Champions en Old Trafford.
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