El triunfo de la Juventus de Turín en la final de la Copa de Europa quedó en un segundo plano por la muerte de 39 aficionados, en su mayoría italianos a causa de una avalancha en los momentos previos a la disputa del partido que iba a enfrentar al conjunto transalpino contra el Liverpool en el estadio belga de Heysel.
En los prolegómenos del encuentro, grupos de violentos aficionados del Liverpool, comenzaron a lanzar objetos y a cargar contra un sector donde se encontraban hinchas italianos. Éstos, en su huida, se agolparon en las vallas que rodeaban el campo y un muro donde acababa la grada, quedando aprisionados al no tener vías de escapatoria. Tal aglomeración provocó el fallecimiento de 39 personas y más de 600 heridos.
En una discutida decisión, la UEFA decidió no suspender el encuentro, aduciendo que la suspensión provocaría nuevos enfrentamientos. Una hora y media después, se jugó la final en la que el gol de Platini de penal dio a la Juventus su primera Copa de Europa.
Heysel significó toda una revisión de las medidas de seguridad en los estadios. Aumentó el control de consumo de bebidas alcohólicas en los mismos y la sustitución de localidades de pie por las de asiento, entre otras medidas.
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