El Real Madrid es así. No es el mejor equipo del siglo XX por nada. No tiene nueve Copas de Europa por casualidad. No ha ganado 31 Ligas porque sí. Si el Real Madrid tiene ese palmarés es por partidos como este. Cuando todo el mundo daba por hecho que el Barcelona ganaría y se pondría a un punto, salió el orgullo de unos jugadores que visten la camiseta del club más legendario del mundo. Los Casillas, Ronaldo, Alonso, Benzema, dieron una exhibición de fútbol ante el planeta entero derrotando a un magnífico rival. Y lo hicieron a lo grande. El triunfo en Barcelona no deja la Liga cerrada, pero sí que la deja en manos del Madrid. Con siete puntos de ventaja sobre el segundo y doce por jugarse, los de Mourinho tienen el campeonato muy cerquita. Pero el Madrid no descansa. Ahora toca cerrar el pase a la final de la Champions. El miércoles, ante el Bayern y con el Bernabéu a reventar, no se puede fallar.
El Real Madrid salió de inicio con idéntico once al que jugó en Múnich ante el Bayern. Mourinho apostaba por el mismo equipo para jugarle al Barcelona. Y el partido arrancó con los blancos presionando arriba la salida de balón de los hombres de Guardiola. El Real Madrid no dejaba pensar a los jugadores blaugrana y buscaba robar rápido para salir a la contra con Di María y Ronaldo. En el 4’ iba a llegar la primera ocasión de los blancos. Córner botado por Özil y el remate de Ronaldo con la cabeza es despejado con apuros por Valdés. Dos minutos después Alves se planta ante Casillas, pero este le saca el balón limpiamente.
El Madrid había salido al Camp Nou a jugarle de tú a tú al Barcelona. En el 10’, Benzema recorta pero su disparo es atajado bien por el meta del Barça. Los locales, pese a tener la pelota, no gozaban de ocasiones claras y su dominio era estéril. En el 17’ iba a llegar el gol del Real Madrid. Córner botado por Özil, Pepe remata de cabeza y Valdés no acierta a despejar, el balón le cae a los pies a Puyol pero el central no logra despejar y Khedira, muy listo, mete el pie para hacer el 0-1. El tanto ponía en ventaja al Madrid, que enmudecía el feudo barcelonista.
Tras el gol, el Barcelona incrementó el ritmo y el Madrid se metió más atrás. Los jugadores blancos hicieron un alarde de derroche físico con un soberbio Xabi Alonso que se multiplicaba por mil en defensa ayudando a Coentrão. En el 26’ iba a llegar la mejor ocasión del Barcelona. Messi mete un pase a Xavi y éste no puede batir a Casillas, que toca lo justo para desviar el balón. El Madrid respiró y a los de Guardiola les entraron las prisas. Mucho dominio de balón, pero poco peligro. El Madrid, bien pertrechado atrás, aguantaba al Barcelona. Así se iba a llegar al descanso.
La segunda parte arrancó con los mismos 22 jugadores. No hubo cambios. El Barcelona sabía que todo lo que no fuese ganar era poner la Liga en manos del Madrid. Los blancos, por delante en el marcador, tenían ese plus de tranquilidad para jugar un partido de esta magnitud. Los locales seguían fieles a su estilo y tocaban y tocaban buscando una ocasión. En el 57’, Tello envía un balón a las nubes. Lo cierto es que el Real Madrid se defendía con mucho orden y Casilllas no pasaba apuros. En el 69’ iba a llegar el gol del Barcelona. Jugada embarullada en el área del Madrid que acaba con Alexis empujando el balón al fondo de la portería. 1-1 y 20 minutos por delante. El Camp Nou rugió, pero el Real Madrid no tembló. Todo lo contrario. Dos minutos después, espectacular jugada de ataque del equipo blanco que culmina Cristiano Ronaldo regateando a Valdés y haciendo el 1-2. Su gesto pidiendo calma lo decía todo. Cuando todo se complicaba ahí apareció él para cerrar el partido y quién sabe si, quizá, la Liga.
El gol de Ronaldo, el 42 en Liga, dejó hundido al Barcelona. Fue un palo moral del que ya no salieron adelante. Mourinho movió el banco y dio entrada a Granero por Di María. Con el madrileño en el campo el Madrid tuvo el balón y manejó la posesión a su antojo. Al Barcelona no le quedaban fuerzas para nada más. Los minutos pasaban y el Real Madrid crecía en el campo. Sus jugadores se agigantaban con el paso de los minutos hasta convertirse en amos y señores del Camp Nou. La afición del Barcelon asistía atónita al recital blanco.
Así se llegó al final del partido con un Real Madrid sublime y colosal y un Barcelona tocado y roto de moral. Cuando Undiano Mallenco pitó el final los jugadores blancos se abrazaron y lo celebraron a lo grande. La Liga aún no está ganada pero está más cerca que nunca. El Madrid dio un golpe de mano decisivo en casa de su máximo rival. Un golpe en la mesa para decir aquí estoy yo. A falta de 12 puntos para el final de la Liga, los blancos rozan el título con las dos manos.
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