Partido que quedará por siempre en las retinas italianas. La Vecchia Signora le asustó un durísimo golpe como local a la tropa romana de Luis Enrique. Fue 4-0. Una verdadera exhibición de fútbol, de coraje, de dinámica ante una Roma pálida, inexpresiva y débil. Con este resultado, el conjunto de Turín es el único líder de la Serie A. Le saca tres puntos de ventaja al Milan, que igualó su partido. Otro buen paso hacia el Scudetto.
Solamente 4 minutos iba a tardar el local en marcar. Pelota al medio para que llegue Arturo Vidal y fusile a Stekelenburg. Iba a ser el mismo chileno el que marcaría el segundo, tan solo 3 minutos después. Corrida por la derecha y remate brutal cambiando el palo. Siete minutos de juego y 2-0. Marquesina gigantesca para Vidal, asentándose como una de las figuras del equipo, en su primera temporada en Italia.
La mitad de la cancha romana no existió. Vía libre. Placer para Pirlo que distribuía hacia los laterales para seguir quebrando la resistencia rival. A los 28, Stekelenburg comete penal, dejando imprudentemente la pierna levantada. Expulsión para el holandés e ingreso de Gianluca Curci. El arquero suplente le tapó el penal a Pirlo, pero el ex Milan la empujó al gol en el rebote. Le salía todo a la Juve.
En la segunda parte, el banquete local continuó: Claudio Marchisio marcó el cuarto a los 53 minutos. Todo estaba terminado desde la primera parte, así que con tanto del volante lo único que acrecentaba era la burla, el regocijo, la fiesta blanca y negra. Tarde ingresó Lamela, recién a los 69 minutos. El otro ingreso que le puso picante al partido fue el del eterno Alessadro Del Piero, que tuvo varios remates peligrosos.
Totti, sentado en el banco, con un fastidio mayúsculo. Como suplicaba la Roma, llegó el final. Contundente victoria de la Juventus, que se va sin que le lleguen una sola vez. Que mantiene el invicto, que humilla a otro grande, que acaricia el Scudetto y muestra una solidez envidiable.
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