El líder sigue siendo el mismo. El Liverpool se hizo grande en Anfield para pasar por encima de un Watford que no opuso ninguna resistencia. Mané, con un doblete nada más arrancar, allanó el camino del triunfo y Origi y Van Dijk acabaron de cerrar el encuentro (5-0).
Los de Klopp pusieron la quinta marcha desde un principio ante un Watford contemplativo que poco pudo hacer. Cuando el cuadro red engrada la máquina pocos rivales son capaces de contenerlo. Y menos cuando Sadio Mané se pone traje y corbata para lucirse. Salió arrollador el Liverpool y no tardó demasiado en mover el marcador. El senegalés aprovechó un medido centro de Alexander-Arnold para poner a los suyos por delante ante la mirada atónita de los defensores, que se miraban unos a otros preguntándose de quién era la marca. Con el resultado a favor, faltaba cerrar el partido lo antes posible. La Champions espera y querían ponerle rápidamente el lazo al partido para pensar en el Bayern.
Alexander-Arnold tuvo el segundo en su cabeza pero erró y mandó su remate por encima del larguero. El que no fallaría sería otra vez Mané. El lateral inglés volvió a botar un centro medido desde el costado diestro, el senegalés controló mal pero, cosas de genios, hizo bueno un gesto malo para batir a Foster con un sublime taconazo. Anfield se puso en pie para aplaudir aquella maravilla. Con la victoria prácticamente en el bolsillo, tan solo quedaba esperar a sentenciar a un Watford que solo pudo encerrarse. Salah y Milner tuvieron opciones antes del descanso pero tocaría cerrar el duelo en la segunda mitad.
Y así lo hicieron. Origi, poco después de la reanudación, puso el tercero y la sentencia al partido. Aun así, a los reds todavía les quedaban fuerzas para vapulear al rival. Un doblete de Van Dijk acabó de cerrar la goleada de un Liverpool que se vuelve a reencontrar con su olfato goleador.
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