Por segundo partido consecutivo, el Liverpool tuvo que conformarse con un empate con gusto a poco en casa, esta vez igualando 0-0 con el West Bromwich Albion. Tras el 1-1 del pasado domingo en el derbi de Merseyside ante el Everton, los reds volvieron a sumar un punto la noche del miércoles en Anfield.
Pese a salir con un ambicioso once ofensivo, con Philippe Coutinho de capitán, los reds no lograron generar demasiadas ocasiones de peligro en ataque durante la primera mitad. De hecho, el portero visitante Ben Foster sólo pasó un susto mayor a los 17’, momento en que Roberto Firmino remató apenas desviado tras un gran pase de Mohamed Salah. Mientras, Loris Karius se salvó sobre la media hora cuando el travesaño rechazó un tiro de larga distancia de Robson-Kanu.
El meta local también fue exigido en el complemento, luciéndose para ahogar el grito de Krychowiak, Yacob y Hegazi con tres notables atajadas en el lapso de dos minutos. Foster, por su parte, casi regaló un gol a Georginio Georginio Wijnaldum, pero el holandés no pudo liquidar frente al arco. El que sí acertó de cara a gol fue el suplente Dominic Solanke, cuya anotación sobre el final fue invalidada por el juez. Luego, el mismo delantero tuvo un remate que fue despejado sobre la línea. A esas alturas ya quedó claro que la pelota no iba a entrar para el Liverpool, que tuvo que conformarse con un amargo empate.
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