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El Liverpool fue mucho más, pero no pudo pasar del empate 1-1 ante el Spartak de Moscú el martes en la segunda fecha de la Champions League. Philippe Coutinho marcó el gol visitante en el Otkrytiye Arena, donde los reds fueron ampliamente superiores y fácilmente podrían haber ganado un partido que nunca estuvo en real peligro.
Esto porque los de Jürgen Klopp salieron a imponer condiciones desde el arranque, dando varios avisos hasta que Roberto Firmino amenazó con abrir la cuenta con un cabezazo que exigió una notable tapada del arquero Rebrov. El meta visitante Loris Karius, a su vez, sólo fue puesto a primera una vez en el primer tiempo, lamentablemente, Fernando lo batió con un preciso tiro libre al minuto 23. Poco duró la ventaja local, ya que Coutinho puso tablas a los 31’ con un gol de bella factura. Tras armar una pared con Sadio Mané en las afueras del área, el brasileño se internó por la izquierda y sacó un potente derechazo que dejó sin opciones a Rebrov.
El meta local tuvo que salir reemplazado por Selikhov luego de un choque fortuito con Mohamed Salah, en uno de los múltiples ataques de los reds durante el segundo tiempo. Sin embargo, entre la falta de puntería y los reflejos de Selikhov (quien estuvo soberbio para ahogar el grito de Salah en el descuento), el merecido gol del triunfo nunca llegó para el Liverpool. Dos puntos en dos partidos es el balance de Klopp y compañía hasta el momento en la Champions.
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