El Wolfsburgo de Dieter Hecking es un equipo caótico. Lo es de verdad, como muy pocos quedan en esta Champions League. Valga como ejemplo el caso de Vierinha, extremo portugués de 30 años de tendencia artística similar a la de su paisano Nani, y que en el conjunto alemán actúa a menudo como lateral freestyle. Por su calidad, el cuadro alemán está concebido para atacar. Por eso y porque tampoco es que sepa hacer alguna otra cosa.
Las peculiaridades tácticas del Wolfsburgo fueron analizadas en profundidad con escasos elogios hacia ellos. Uno de los más presentes fue el nivel individual de sus futbolistas y la capacidad de generar peligro con frecuencia. El Wolfsburgo suele organizarse en un 4-4-2 en el que los puntas, Kruse y Schurrle, son tan móviles que ninguno aparenta ser la referencia ofensiva, como sucedía con Bas Dost, su ariete tanque. La banda izquierda la ocupa de partida Draxler, el único futbolista capaz de serenarse mientras la conduce. Julian intenta moverse por varias zonas, favoreciendo un caos que, a la hora de buscar la portería rival, puede definirse como exitoso. El resultado global es otra cosa muy diferente.
Aunque su figura ha perdido prestigio desde que Pep Guardiola prescindiera de sus servicios, Luiz Gustavo sigue siendo referencia en materia defensiva. El brasileño es uno de los pivotes más capacitados para tirarse al suelo y correr detrás de los adversarios. Junto a Guilavogui forman un doble pivote cuestionable en muchos aspectos, pero al menos intenso y físico, cualidades muy diferentes a las de cualquier pareja que integre Maximilian Arnold. El zurdo de 21 años, internacional por Alemania, va muy cortito a la hora de trabajar sin balón. Sin embargo, su pierna izquierda y su dinámica colaboran a que la pelota vuele rápido hacia donde toque. Además, Arnold es de esos que se descuelga y permite que gente como Draxler “invada” su zona. No puede decirse que con él, el Wolfsburgo juegue mejor, pero sí parece justo decir que chuta más veces. Y es ahí cuando Hecking debe decidir qué prefiere; ¿10 tiros a favor y 12 en contra (Arnold) o 6 a favor y 8 en contra (Guilavogui-Luiz Gustavo)? Curioso dilema.
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