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Acudía el Liverpool a Sunderland envuelto todavía en el eco de la noticia de la temporada en el conjunto red, la marcha de Gerrard. En el Stadium of Light, Brendan Rodgers volvía a darle la batuta al capitán, más cerca de esas posiciones ofensivas que han marcado su carrera. Junto a Steven, un Coutinho inspiradísimo que debía multiplicar su protagonismo ante la falta de Sterling y Lallana. El mismo esquema de tres defensas nos dejaba la entrada de Emre Can como central sustituyendo a un criticadísimo Lovren y a Markovic de nuevo como carrilero, esta vez por la derecha.
La primera parte nos dejó una de las mejores actuaciones del Liverpool en lo que va de curso. Un equipo bien cerrado, con facilidad para resolver en posiciones de ataque y una intensidad que ha escaseado este año en el conjunto de Anfield. Buena parte de ese carácter vino contagiado de un portentoso Lucas Leiva, convirtiéndose de nuevo en el apagafuegos de antaño.
No tardó el cuadro red en adelantarse en el marcador. Corría el minuto nueve cuando una gran cabalgada de Markovic culminaba con el pase de Borini para que el serbio lograse su primer gol de la temporada en la Premier League. Con un Sunderland inoperante y que echó de menos el orden táctico de Cattermole y Rodwell, ausentes por lesión, los de Brendan Rodgers estuvieron cerca de hacer brecha en el primer tiempo. Dos tiros al poste, uno de ellos espectacular tras una volea acrobática de Markovic, y un sinfín de llegadas por parte de los reds marcaron el hilo de los primeros 45 minutos.
La segunda mitad comenzó más que ajetreada. La noticia saltaba cuando Gerrard se quedaba en el vestuario por lo que, a priori, se confirmó como unas molestias musculares. Lovren entraba en su lugar y Can adelantaba su posición. A renglón seguido llegaría la expulsión de Bridcutt. El escocés veía su segunda amarilla y dejaba con diez a los de Poyet. No por ello echó los brazos abajo el Suderland, que estuvo cerca del empate instantes después con un magnífico disparo de Adam Johnson al travesaño.
Pese a continuar gozando de ocasiones, el ritmo del conjunto visitante disminuyó, limitándose a controlar a unos black cats con escasa ambición y que apenas crearon oportunidades tras el mencionado lanzamiento al larguero. Rodgers sacó a Balotelli en el tramo final, pero el italiano volvió a mostrarse desacertado y falto de motivación. Tres puntos importantes para el Liverpool que le permite acercarse a puestos europeos. En un par de semanas regresa Sturridge.
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