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Stamford Bridge cierra el año inmaculado en casa. El Chelsea ha remontado el electrónico adverso ante el Liverpool, perpetuando el carácter invicto del estadio blue en Premier League y acentuando la debacle de los reds, quienes han pasado en dos semanas del liderato al quinto puesto, con el agravante de ser superados por el Everton. Este triunfo por 2-1 arroja números redondos para su técnico, José Mourinho ha firmado su encuentro número 70 en casa sin ser batido -55 victorias y 15 empates para el entrenador luso-.
Había mucho en juego en Stamford Bridge tras el triunfo de Arsenal, Manchester City y Everton, y así quedaba patente con la salida decidida de los reds, premiada con una falta lateral que dejaba un balón muerto en el área guiado por Skrtel a las mallas. Un tempranero gol, apenas dos minutos en el reloj, que exigía una réplica del lado blue y rompía los planes de José Mourinho, quien sorprendía colocando a David Luiz de mediocentro.
Las oleadas azules se sucedían con rabia y constancia. Lampard ponía a prueba los reflejos y las manoplas de Mignolet, las cuales el otro día pecaron de blandas, teniendo esta vez una certera respuesta por parte del guardameta belga. Precisamente, su compatriota Hazard era el autor del empate, al sobrepasar el cuarto de hora, con un preciso golpeo de interior.
El duelo recuperaba la igualdad sin perder el fuerte ritmo exhibido. El Liverpool se reponía del varapalo a base de zarpazos. Cahill acudía atento a blocar un remate de Allen, demostrando el gran estado de forma del central inglés y las ganas de los de Mersey por llevarse algo positivo de Londres. Un punto que se evaporaba con un servicio de Óscar al que se adelantaba Eto'o para contar finalmente con la colaboración de Mignolet. Los reds perdían otra ventaja en el marcador en campo de un rival directo, los cuales se habían mostrado cómodos, intensos y circulando el cuero con un fútbol vertical que hacía daño.
La puesta en escena de los rojos tras el paso por vestuarios era la da de dar un paso hacia adelante, facilitado por el cambio de Mikel por Lampard. A pesar de ello, había ocasiones por ambos lados -dentro de un panorama más táctico y áspero-, Sakho cabeceaba al larguero y Eto'o se topaba con el guardameta belga en un mano a mano que podría haber sentenciado el choque.
Los pupilos de Brendan Rodgers afrontaban el último tramo necesitados de un balsámico tanto que sirviera de paracaídas para la caída que está viviendo el club desde que llegó a ser líder. El gol no llegaba, José Mourinho ha encontrado la fórmula mágica para proteger su feudo, un elixir que se ha mantenido durante todo el 2013 y que quiere conservar para el próximo año.
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