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martes, 12 de febrero de 2013

Extraordinaria respuesta en Glasgow


La Juventus quizás esperaba un Celtic más parecido al que sorprendió al Barcelona en Glasgow en la fase de grupos. Ese equipo era una muralla defensiva que acumuló hombres en torno a la portería de Forster y que aprovechó dos situaciones esporádicas para marcar los goles de la victoria. En cambio, los octavos de Champions League volvieron al campo del club escocés cinco años después y Neil Lennon decidió que los recibiría de otra manera, algo más acorde a la competición. Los católicos salieron al campo con una agresividad inusitada que sorprendió a la Juve, más concentrada en resguardarse atrás que en tener el balón.

Aunque el juego del Celtic era básicamente británico, con continuos centros al área, la posesión del esférico era suya de forma casi absoluta. Los balones al área generaban en casi todas las ocasiones segundas jugadas que eran tentadas por los hombres de segunda línea, como Brown, Mulgrew o Wanyama, sin embargo sus disparos no eran lo suficientemente precisos para sorprender a Buffon. Las jugadas verdiblancas funcionaban también por la movilidad de sus tres hombres de arriba, especialmente de Commons, sencillamente genial en el primer tiempo. Esa evolución del Celtic se intensificó desde que en el minuto 3 de partido se pusieron por detrás en el marcador.

Peluso ocupó el carril izquierdo y estuvo bastante cómodo por su perfil durante todo el encuentro, ya que el potencial del Celtic se concentró en las internadas de Izaguirre por la otra banda. El ex de Atalanta lanzó un ataque directo hacia Matri, que aprovechó el fallo en el salto de Ambrose y se plantó solo ante Forster. Su toque suave superó por bajo la salida del portero, pero Izaguirre sacó el balón de dentro de la portería, aunque el árbitro no concedió ese gol, sino el de Marchisio en el rebote. Aun así, la UEFA dio el gol al delantero, que se estrena en competición europea.

Ese gol fue de las pocas ocasiones que generó una Juventus mucho más conformista de lo habitual. Es normal que con ventaja, los bianconeri decidieran no tirar la casa por la ventana, pero no deja de sorprender que durante muchas fases del partido renunciara a la posesión del balón, que suele ser mucho mayor la suya que la de sus adversarios en la Serie A. Aun así, aunque estaba encerrada en su campo, la Juve tampoco sufrió en exceso para mantener el 0-1, un resultado e fábula para el encuentro de vuelta. Quizás el cansancio juventino hizo que las ocasiones escocesas mejoraran a partir de la hora de juego, pero seguían sin ser suficientes ante un Buffon que apenas tuvo que esforzarse.

Y a menos de un cuarto de hora del final, los cánticos que se oían en el Celtic Park no eran los de la cálida afición escocesa, sino los juventinos trasladados a Glasgow, cuando Marchisio, esta vez sí él, y Vucinic batieron a Forster en dos contragolpes sensacionales de la Juve, especialmente el último toque de espuela de Matri que dejaba en una posición privilegiada al ‘8’ bianconero ante Forster. Marchisio recortó y disparó al primer palo. Apenas cinco minutos después fue Marchisio el que habilitó al montenegrino para que éste superase a Forster, sentenciando el partido y prácticamente la eliminatoria, porque resulta complicado pensar que el Celtic pueda remontar este 0-3 en Turín dentro de tres semanas.

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