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sábado, 25 de agosto de 2012

La Juve inicia con el pie derecho


A la Juventus le ha costado arrancar la temporada 2012/13 en esta primera jornada. Contaba con varias bajas importantes, casi todas eran defensas, pero sin embargo no ha sido en la zaga donde ha tenido en un primer momento los problemas principales. Antes del minuto 30 de juego, a los bianconeri les estaba costando llegar con continuidad al área parmesana dando extrañas evidencias de una improbable falta de ritmo, ya que el equipo comenzó la pretemporada hace más de seis semanas. Quizás la inseguridad de no contar en el banquillo con la figura del entrenador, principal generador del éxito juventino del pasado año, mermó la eficiencia inicial del once que dispuso Carrera.

El Parma saltó al estadio turinés muy bien plantado sobre el césped. Aunque no contaban ni con Amauri ni con Galloppa, el sustituto del primero, Biabiany creó bastantes problemas a la improvisada defensa de la Juve, liderada por Luca Marrone, poco habituado a jugar de líbero. La falta de los centímetros de Chiellini, en el banco, y Lucio, se notó sobre todo con los balones largos que mandaba tanto la medular como la defensa del equipo gialloblu, en los que Pabón se demostraba muy superior a sus adversarios, y dejaba balones en ventaja para sus compañeros que llegaban desde atrás. Aun así, no conseguían crear demasiado peligro sobre la portería de Storari, más allá de alguna intervención sin demasiada importancia del sustituto del capitán Buffon, que no pudo volver a jugar contra su ex equipo.

Otro jugador que vistió la camiseta del Parma, pero hace bien poco, fue Giovinco. Cuando el pequeño delantero se activó, la Juventus despertó y de ahí nacieron los mejores minutos juventinos en la primera parte, sobre todo espoleados por dos grandes acciones de Asamoah que animaron a sus compañeros, menos activos de lo habitual. En esas llegó la primera jugada polémica del partido. Al no tener demasiado trabajo en defensa, Carrera le pidió a Lichtsteiner que subiera la banda sin miedo, con continuidad para hacer daño. En una de las internadas del suizo, un despeje rebotó en Vučinić y le llegó a Lichtsteiner, en fuera de juego, que después fue claramente derribado por Mirante. El punto fatídico fue señalado por el juez de puerta. Ahí no acaban los problemas arbitrales. El portero parmesano se adelantó de la línea antes de tiempo y paró el penalti a Arturo Vidal (que le quitó el balón a Vučinić, decidido a lanzarlo).

La siguiente polémica vino ya cuando la Juventus se adelantó en el marcador. Las instrucciones de Carrera siguieron haciendo efecto en Lichtsteiner tras el descanso y el carrilero llegó al área pequeña cual ‘9’ para rematar a red un pase de la muerte de Asamoah, el mejor de su equipo con diferencia. La Juve se merecía la ventaja principalmente por el dominio del balón y la insistencia en buscar la portería contraria. Quizás excesivo premio fue el extraño 2-0. Vidal fue derribado en la frontal del área por un codazo de Lucarelli que fue castigado con una amarilla que bien pudo ser otro color. Pirlo lanzó por debajo de la barrera, Mirante llegó, o parecía que llegaba, porque atrapó el balón en la línea, aunque el juez de puerta, hoy sí determinante, decretó que había atajado el esférico dentro de la portería.

La Juventus se estaba llevando una victoria sin desplegar el juego sobresaliente y dominador que le hizo conseguir un nuevo título liguero el curso pasado. Los jugadores evidencian una falta de fuerzas y de ritmo que a buen seguro irán adquiriendo con el paso de los partidos oficiales. Ya se evidenció en la Supercopa contra el Napoli, donde los bianconeri empezaron muy flojos, como hoy, pero el Parma no lo supo castigar.

Después de conseguir la ventaja, la Juventus estaba más cómoda. La entrada de Ninis y Belfodil en el Parma no originó el despliegue ofensivo que hubiera deseado Roberto Donadoni para su equipo y apenas consiguieron generar ocasiones claras de gol (tan sólo alguna que otra internada de Biabiany), mientras que con el paso de los minutos su nivel de fatiga aumentó y los locales se fueron sintiendo más dueños del encuentro, moviendo el balón con libertad y criterio, para hacer pasar los minutos sin gastar energías innecesariamente. Esta Juventus se parecía más al campeón. Tan sólo algunos momentos cerca del final de cierta relajación y cansancio provocaron algunos disparos desde lejos que dejaron en evidencia a Storari, que no fue capaz de blocar ninguno.

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