En unos días convulsos en Italia, en los que está de nuevo en juego la credibilidad de los futbolistas, se había señalado a un jugador de la Juventus como posible implicado en el caso del ‘Calcioscommesse’. Hoy Leonardo Bonucci ha querido responder a aquéllos que lo acusan con un gol que guía a su equipo hacia el primer puesto de la clasificación de la Serie A, aprovechando así la derrota del Milan en casa contra la Fiorentina. La Vecchia Signora recupera así lo que fue suyo, gracias también al gol de un enrachado Quagliarella, que no desaprovechó la oportunidad que le dio Conte de jugar en el once titular.
El ímpetu con el que salió la Juventus al Renzo Barbera dejaba entrever las ganas que tienen los pupilos de Antonio Conte de hacer algo grande esta temporada. Tenían ante sí la posibilidad de alcanzar al gran rival de la temporada, el Milan, y se estaban dejando todo sobre el césped. La posesión del balón era insultantemente visitante, no dejando ni las migajas del balón a un Palermo que sólo podía esperar que en algún momento amainara el temporal bianconero. Conte volvió a apostar por el 3-5-2 y consiguió lo que quería, asfixiar a su rival, controlar las líneas de pase y hacerse dueños del centro del campo. El triángulo formado por Pirlo-Marchisio-Vidal cerraba el paso a los palermitanos y combinaba entre sí de forma bastante cómoda, ayudado en todo momento por Martín Cáceres por la derecha y Marcelo Estigarribia por el lado opuesto.
No sólo en los muchos minutos que tuvo el balón se demostró la superioridad juventina, y es que en los primeros 20 minutos, pudieron caer varios goles sobre la portería del ex interista Viviano. Puede que reconocer a un jugador con pasado nerazzurro incite a la Juventus a bombardearlo con balones, sobre todo eso debió pensar Pirlo, que probó fortuna desde la larga distancia hasta tres veces, pero el arquero rival estuvo acertado en la primera parte.
Quien no lo estuvo fue Arturo Vidal, héroe turinés la pasada semana tras su partidazo contra el Napoli, pero que hoy no supo culminar un balón que controló como los ángeles dentro del área. Su intento de vaselina se fue muy desviado, ni siquiera inquietó a Viviano. Sí le produjo más temor el acercamiento previo de la Juventus, cuando un balón lanzado desde la banda no lo tocó Vucinic por muy pocos centímetros. También lo probó Quagliarella. Del ataque del Palermo no había noticias, principalmente porque para que se creen ocasiones de gol es requisito indispensable contar con el balón en algún momento del juego, algo que no sucedió prácticamente nunca en la primera parte para los rosaneri.
Al ver que no llegaba el gol que abriese el marcador, la Juventus se relajó hasta el descanso, a sabiendas de que tarde o temprano llegaría su momento. Y ese es el cuarto de hora sucesivo a la reanudación, momento en el que marca la mayoría de sus goles. En esas apareció Bonucci para peinar un córner de Pirlo y mandar el balón al fondo de la red. Así quiso responder a las acusaciones de Andre Masiello. El gol era la confirmación del reinado de la Juventus sobre el estadio siciliano, que se prolongó hasta que el árbitro de la contienda decretó que había terminado el partido y la Juventus volvía a ser líder.
Desde el gol de Bonucci hasta el final, Marchisio se echó el equipo a la espalda, dominó todas las situaciones y además, por si fuera poco, creaba peligro en el área de Viviano. Su temporada está siendo para enmarcar. Pero no fue hasta la entrada de Matri cuando llegó el tanto de Fabio Quagliarella, agradeciendo de este modo la confianza de Conte, que le dio la titularidad. El napolitano recibió un pase de espaldas de Matri y de primeras, con la zurda, la puso lejos de Viviano para sentenciar el liderato.
Ahora la Juventus es el nuevo líder de la Serie A con 65 puntos, a 1 del Milan, que tiene 64. A falta de 7 jornadas por disputarse, el sueño del Scudetto está cada vez más cerca. Los bianconeros solo dependen de sí mismos para conseguirlo.
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