Podía parecer a primera vista el partido más fácil que podía tener la Juventus de aquí a final de temporada en la tremenda lucha que está llevando con el Milan por conseguir el título de la Serie A. Pero el Cesena, una vez que su descenso estaba más que claro, se ha soltado toda la presión y es capaz de jugar mejor incluso que cuando todavía tenía opciones de salvarse. Pero, a pesar de la enorme primera parte del primer equipo que adquiere plaza en la Serie B del año próximo, el líder del Calcio consiguió, sufriendo, un triunfo que mantiene la distancia con los rossoneri de tres puntos.
El personaje del partido, una vez más, salió desde el banquillo. Parece tener suerte Antonio Conte a la hora de elegir los jugadores que han de dar refresco a su equipo en la segunda parte. Unas veces ha sido Matri, otras Quagliarella, otras el propio Alessandro Del Piero. Hoy le tocó el protagonismo al que más lo necesitaba, Marco Borriello. Desde que llegó de la Roma el pasado invierno, Borriello ha tenido toda la confianza de su entrenador, que parecía ser el único que creía en él. El ex milanista no ha perdido la fe y cuando el balón tocado por la cabeza de Vucinic quedó muerto en el área del Cesena, Borriello le pegó con todo el alma, con el corazón y consiguió un gol que bien puede valer un título. Su abrazo con Conte en la celebración puede convertirse en una de las imágenes del campeonato.
No todo el encuentro fue el asedio continuo en el que se convirtió la segunda parte, más bien fue todo lo contrario. Aunque la Juventus dominaba absolutamente la posesión del esférico, en la primera parte se vio a un Cesena valiente, sin ningún tipo de complejos, capaz de llegar al área rival y, sobre todo, impidiendo que la Vecchia Signora encontrara el camino del gol. El buen hacer local coincidió con un partido realmente flojo de dos de los juventinos más importantes, como Arturo Vidal y Alessandro Matri.
El chileno estuvo desacertado en casi todas las fases del encuentro, sólo lo salvó su pundonor a la hora de luchar cada balón que perdía, pero le faltó esa habilidad en el regate y ese olfato de gol que le ha caracterizado los últimos meses. Por su parte, Matri estuvo desaparecido. Prácticamente no entró en contacto con el balón, sin participar en la creación del juego. No es tampoco lo que se le pide a un ‘9’, pero tampoco cumplió a la hora de rematar las opciones que tuvo.
El partido pudo ser completamente diferente al poco de comenzar. Una buena pared entre Matri y Vucinic se vio cortada por una mano de Moras y el árbitro Guida no dudó en señalar los once metros ante las protestas locales. La responsabilidad la tenía Pirlo, jugador experimentado como pocos, pero que no fue capaz de encontrar la portería, sino que su disparo fue a parar a la cepa del palo derecho de la portería de Antonioli.
Ni las jugadas a balón parado, en las que Pirlo siempre encontraba a Vucinic, pero éste no veía puerta, ni de libre directo de Del Piero, de ninguna forma parecía posible batir a un enorme Antoniolli, el mejor de su equipo sin ninguna duda. El veteranísimo portero evitó que el Cesena fuera humillado en casa, sobre todo en la segunda parte. Hasta que Borriello se quitó todos los complejos de encima y mantuvo los tres puntos sobre el Milan. Un sufrido paso más hacia el título.
El Cesena, sentenciado desde hace mucho tiempo, cumplió su pena y volverá de nuevo a los infiernos de la Serie B con la intención de volver lo antes posible con los mejores. El mejor de todos sigue siendo una jornada más la Juve. El calendario es favorable, cuatro únicas jornadas para acabar el campeonato liguero. Algo muy extraño tendría que suceder para que la Vecchia Signora no vuelva a sonreír.
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