Duelo de lo más accidentado

Se repartieron los puntos Manchester United y Liverpool en un clásico inglés de lo más accidentado, que acabó con cuatro lesionados en el primer tiempo y en el que las ocasiones y el buen juego brillaron por su ausencia.

En la primera parte reinó el caos y el drama, sobre todo en los locales, que vieron cómo a las primeras de cambio se quedaban sin Ander Herrera y Mata, sus motores en la medular. Antes, el primer susto lo había dado el Liverpool con un balón de Young que obligó a De Gea a cometer cesión dentro del área. Luego fue Firmino, que se torció el tobillo él solo, el que dejó su paso a Sturridge en el equipo de Klopp. Entre tanto, los reds crecían en campo contrario, pero sin materializar. De hecho, las más claras fueron locales. Primero, un disparo de Pogba que despejó un acertado Van Dijk y luego un mano a mano que perdonó Lingard ante Alisson. Tras esa jugada, el inglés (que había entrado para suplir a Mata) cayó también lesionado, aumentando el parte de bajas ante la incredulidad de los presentes. Sobrevivió el conjunto local, que incluso a los puntos merecía algo más y que acabaría protagonizando la ocasión más clara.

En la segunda, los de Solksjaer no renunciaron a nada y metieron en el fango a un Liverpool que no encontraba, ni de lejos, una versión aceptable para un líder de la Premier. Mucho balón pero poca profundidad en los de Klopp, que sufrían cuando el rival encontraba espacios para salir en estampida. Todo esto, con Marcus Rashford medio cojo desde el minuto 20 y rodeado de jugadores sin apenas protagonismo esta temporada como Pereira, Lukaku o Alexis. Las ocasiones ya escasearon, tan sólo el balón parado pudo llevar la alegría a un bando u otro, siendo la opción más clara un gol en propia de Matip que el colegiado anuló correctamente tras un fuera de juego de Smalling en el remate. Esto fue lo poco salvable de un segundo acto en el que el Liverpool apenas inquietó la meta de De Gea y en el que el United funcionaba a ráfagas. Al final, un punto que hace perder al equipo de Solskjaer la cuarta plaza y que sigue manteniendo al Liverpool en lo más alto de la Premier League.

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