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martes, 17 de septiembre de 2013

Una paliza que enfría al infierno turco


Hay sólo dos maneras de comenzar ganando en la Champions League: haciéndolo sin convencer y anunciando sin temor tu candidatura a ser uno de los favoritos a levantar el título. El Real Madrid eligió hoy la segunda forma, a lo grande. Los blancos golearon en un estadio en el que hasta hoy no conocían la victoria y en el que suelen sufrir la gran mayoría de equipos, y se colocaron líderes de su grupo tras el hat-trick de Cristiano Ronaldo, el doblete de Benzema y el tanto de Isco. No fue fácil pese al resultado, sobre todo si tenemos en cuenta el apoyo incondicional que tiene el Galatasaray en el Ali Sami Yen y la mínima ventaja con la que llegaron los visitantes al descanso después del gol del internacional español. Pero los madridistas demostraron en la segunda mitad la calidad y el coraje que solicitó Ancelotti a sus jugadores el día de antes en sala de prensa y en doce minutos, los que transcurrieron desde el segundo hasta el cuarto tanto, resolvieron con solvencia un complicado encuentro. Los blancos convencen y siguen invictos en competición oficial. Más no se puede pedir en el inicio de la máxima competición continental.

El Real Madrid debutaba en la Champions League y lo hacía en el Ali Sami Yen, un estadio al que regresaba una temporada después y en el que no había ganado en sus dos anteriores visitas. El equipo local intentó aprovecharse del ambiente infernal que crean sus aficionados y salió dispuesto a no dejar respirar al conjunto blanco, que poco antes de cumplirse el primer cuarto hora tuvo que realizar su primera sustitución, obligada por lesión. Casillas, que regresaba a la titularidad, se retiraba con molestias en un costado tras un involuntario choque con Ramos en una de las primeras jugadas del encuentro. La mala suerte volvía a hacer mella en el capitán blanco, que fue ovacionado.

Diego López le suplió a la perfección y protagonizó dos intervenciones, la última magistral después de un remate de cabeza de Melo en el punto de penalti, antes de que Isco adelantara a los visitantes. Di María fue el que vio el desmarque del internacional español, que bajó el balón del cielo y con una tremenda sangre fría engañó a Muslera en la definición. El gol, que llegó en el 33’, no sólo fue importante porque ponía el marcador en franquía para el conjunto de Carlo Ancelotti sino también porque apaciguó en gran medida la inyección de moral que ofrecían a su equipo los aficionados que se dieron cita en el Ali Sami Yen e inundó de dudas a los locales. Cristiano Ronaldo estuvo cerca de aprovecharse de ello en el tiempo añadido, pero su remate con la izquierda y algo escorado fue repelido por Muslera.

Cuatro goles en una extraordinaria segunda mitad
La segunda mitad comenzó de forma distinta a la primera y esta vez fue el Real Madrid el que tuvo la primera ocasión, que además fue muy clara. Di María, algo escorado, aprovechó un pase a la espalda de la defensa para quedarse con Muslera en el mano a mano. El cancerbero local no sólo estuvo esplendido en el remate del argentino en el 47’ sino que en el rechace posterior realizó una formidable estirada a un disparo de Cristiano Ronaldo. No pudo hacer lo mismo siete minutos más tarde. Di María, que también asistió en el primer gol, aprovechó un fallo en la entrega de Felipe Melo para dejar a Benzema solo ante el cancerbero local. El galo no falló y aumentó distancias.

El Real Madrid podía ahora sacar aún más provecho de su verticalidad y pegada. Cristiano estuvo cerca de hacerlo en dos ocasiones consecutivas, que llegaron en el 60’ y el 61’, pero a la tercera llegó la vencida y el portugués, solo sobre la línea de gol, anotó el tercero en el 63’ después de un pase de Isco de cabeza. Los madridistas eran un vendaval y el luso, tres minutos más tarde, hizo el segundo en su cuenta particular al aprovechar un rechace después de un remate de cabeza de Ramos en una falta. Los blancos estaban siendo fieles a su tradición en las primeras jornadas de la Champions League y por séptima temporada consecutiva lograban un triunfo, que aumentó cuando llegó el quinto en el 81’, obra de Benzema.

Umut Bulut redujo distancias en el 84’, pero ya era demasiado tarde. El Real Madrid, que además anotó el sexto en una espectacular jugada de Cristiano Ronaldo, convenció en su estreno europeo, goleó en un estadio y un país en el que hasta hoy nunca había logrado el triunfo y mostró al continente su candidatura para ser uno de los favoritos a lograr la máxima competición de clubes.

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