La Juventus es superior al Torino, lo sabe la Juve y lo sabe el Toro. Incluso aunque no esté Andrea Pirlo, el nivel global de cada jugador bianconero es mucho más alto que cualquier granata. Pero a la Juve le ha costado demostrarlo en el estadio Comunale, tanto por méritos propios como ajenos. Sin Pirlo en el campo, la capacidad creativa de los de Conte se reduce de forma drástica. Ese ha sido el principal error en un buen mercado de verano para la Juve, que no ha sido capaz de encontrar ni en casa ni fuera un jugador que sustituya a su líder.
Jugó hoy Pogba como mediocentro único pero no ejerció como tal. La consigna del entrenador era que Pogba se autocubriese por jugadores del Torino, se situara entre marcadores para mantener ocupado a varios hombres mientras eran los centrales los encargados de sacar la pelota. Los tres están capacitados para mover el balón con cierto criterio, pero sus limitaciones se notan cuando la única vía de escape bianconera era el juego directo. O bien Bonucci, o bien Chiellini o Barzagli, trataban de conectar directamente con Marchisio o Vidal y estos ya buscarían a los delanteros, ninguno de los dos diseñados para retener el balón de espaldas a la portería.
La ausencia de juego por las bandas favorecía la formación del Torino, muy prieta por el centro, sin dejar espacios a los interiores juventinos para recibir con comodidad y maniobrar. La medular del Toro apenas sufría y Vives y Brighi mantenían la compostura y su portería a cero, lo más importante. Incluso, sin sufrimientos, llegando al descanso sin haber concedido una clara ocasión de gol.
Su problema surgía en ataque, donde se dependía demasiado de la improvisación en la lucha de Alessio Cerci. El capocannoniere recibía balones largos que tenía que bajar, aguantar ante los centrales de la Juve y después gestionarlos para crear desde ahí una jugada de peligro, es decir, un imposible. Sólo con balones parados se acercaron con intención a la puerta de Buffon.
El panorama no cambió en exceso en el descanso, salvo por un detalle fundamental, y es que la Juve encontró el gol muy pronto, de una de las pocas formas que podía crear peligro, o sea, un córner. Ventura recriminará a sus jugadores después del partido que en un saque de esquina hayan tocado el balón de cabeza tres jugadores de la Juve en el área pequeña sin que ningún granata supiera despejar. Eso sí, en el segundo toque, Tévez está en fuera de juego. Su remate al larguero lo acabó metiendo en la portería Paul Pogba.
Una vez el Torino se encontró por debajo en el marcador se demostró como un equipo pobre en ideas de juego, inocente cuando se acercaba al área de la Juventus y excesivamente dependiente de la calidad de Cerci, que no podía superar a tantos defensores contrarios. No le acompañó ni Immobile, ni Meggiorini cuando entró. La Juve, de hecho, acabó el partido muy cómoda, pudiendo haber aumentado la diferencia en varias ocasiones a pesar del triste juego que ha ofrecido.
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