Que Claudio Marchisio es ya un campeón hecho y derecho no hay dudas. Basta ver su última temporada, con un Scudetto ganado como protagonista absoluto, o la Eurocopa, en la que ha sido uno de los puntos fijos de los azzurri. Pero 'Il Principino' es también un campeón fuera del campo y delante de los micrófonos habla con la seguridad de un líder, con el tono de quien sabe ser un jugador imprescindible del equipo campeón de Italia: "Contra el Napoli debemos demostrar que somos los más fuertes -comienza Claudio, hablando del próximo partido en la Supercopa-, nos jugamos el primer trofeo de la temporada, somos los campeones y queremos hacerlo ver en el campo. Esta camiseta siempre tiene hambre".
El partido del sábado es el único pensamiento de los bianconeri y es evidente también cuando se le pregunta a Marchisio qué partido sueña para la próxima temporada que verá a la Juve en Champions y en qué estadio querría jugar: "En Pekín, contra el Napoli, ganando", es la seca respuesta.
El equipo de Mazzarri no es que sea un adversario abordable: "En los últimos años han crecido mucho, con fichajes de calidad y siempre nos ha costado ganarles. Pero como he dicho los campeones somos nosotros y también ellos saben que se enfrentan a un equipo duro, que quiere seguir ganando".
Por lo demás los refuerzos han llegado también a la Juve, en particular en medio campo, que ya el año pasado se confirmó como uno de los mejores de Europa: "Por otra parte, el año pasado jugábamos un partido a la semana, aunque sí es cierto que debido a los aplazamientos atravesamos un periodo en el que hubo diversos turnos entre semana. Necesitábamos fuerzas frescas, también en medio campo, donde, después de todo, se ganan los partidos. El club se ha movido muy bien y Asamoah e Isla son jugadores importantes, que lo han hecho bien en el Udinese estos años. De Asamoah me había hablado muy bien Di Natale, cuando estábamos con la Nazionale, y en efecto es un chaval espléndido, además de un jugador precioso y dúctil. El míster lo ha probado como externo de medio campo en los amistosos y lo ha hecho muy bien, pero puede jugar también más al medio".
En cuanto a posibles nuevas llegadas en otras posiciones, en particular arriba, Claudio tiene las ideas claras: "Yo me quedo con nuestros delanteros, a los cuales este año se ha unido Giovinco, que se ha ambientando a la perfección y no tenía dudas sobre esto. Seba ha madurado, los años pasan y en el Parma ha podido jugar con mayor tranquilidad, haciendo ver cuánto vale. Estuve con él en la Nazionale y de vacaciones y sé que quiere hacer lo mismo aquí".
Volviendo al partido contra el Napoli, es evidente el deseo de revancha de Marchisio. Tras haber perdido la final de la Coppa Italia contra los partenopei y la de la Eurocopa contra España, para él ha llegado el momento de invertir la marcha: "Algunos dicen que es mejor no llegar a la final si luego la vas a perder, pero yo no estoy de acuerdo. Son estos partidos los que hacen crecer a un jugador y te permiten aprender cómo afrontar las siguientes. No hay un favorito, nos enfrentaremos dos grandes equipos y ganará el que tenga más hambre".
Claro, jugar en Pekín es bastante inusual, pero la acogida que ha encontrado la Juve no tiene nada que envidiar a la que habría encontrado en Italia: "Es señal de cuánto es importante la Juve en el mundo y no podemos más que dar las gracias a todos nuestros tifosi chinos que nos siguen y nos esperan en el hotel para un autógrafo o una foto. Aquí quizá son más seguidos el campeonato español o el inglés, pero el calcio italiano no es inferior y la Eurocopa realizada por la Nazionale lo demuestra".
La Eurocopa demuestra que, cuando se piensa solo en el campo, los temas extrafutbolísticos no pueden condicionar a los jugadores: "Y nosotros de hecho pensamos solo en el partido. Tenemos la piel dura y viendo al míster, siempre concentrado, no podemos no estarlo también nosotros. Todo lo que nos ocurre alrededor no nos toca, sino que nos motiva. Es un poco la índole de nosotros los italianos...".
No solo la Supercopa. La Juve está preparando una temporada que será exaltante y comprometedora. Como el año pasado, cuando después de dos séptimos puestos, poquísimos pensaban en una posible victoria de los bianconeri: "Claro, después de dos temporadas decepcionantes te pasan muchos pensamientos por la cabeza, te preguntas si el problema eres tú. Pero yo siempre he aguantado, yo como mis compañeros, y la enorme alegría que sentimos cuando ganamos el Scudetto es hija también de esos momentos. Aquella victoria nos dio confianza, ahora debemos permanecer en estos niveles, porque nos encontraremos con equipos aun más aguerridos".
Y Claudio está preparado para empujar a la Juve, con la camiseta bianconera puesta y su número 8 a la espalda: "El 10 lo vestí alguna vez en las categorías inferiores y no niego que hace algún año, cuando jugaba de delantero, vestir el del primer equipo era mi sueño. El 10 ha sido vestido por campeones que con un toque o una invención incendiaban el partido, como Platini, Baggio, Del Piero... Pero yo no soy ese tipo de jugador. Creo que me he hecho una identidad precisa y pienso que el 8 me pega más".
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