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Pisó la línea roja y volvió a su sitio con la seguridad de un equilibrista confiado en su desprecio al vértigo. Alemania salvó el último escollo de la primera fase de la Eurocopa con un 1-2 ante Dinamarca que sella su certificado de gran favorita. Con permiso de España. La victoria de Portugal en el otro partido del grupo le mantuvo durante diez minutos a un gol del fracaso. Y no mostró ni un atisbo de duda.
El juego alemán giró de manera decisiva en ataque en torno a los movimientos de Özil y Khedira. Kvist y Zimling se alternaron para cubrirles, pero se vieron sobrepasados por la misión. Sólo el cansancio les permitió cierta ventaja en el duelo ya en la segunda parte.
Özil filtró todas las jugadas de peligro de su equipo. Aunque sus apariciones fueron de más a menos, de nuevo dejó señales de que es uno de los mejores pasadores de la Eurocopa. Sorprendió más ver a Khedira con una libertad que le hace parecer mejor jugador de lo que es. Löw prefirió de nuevo sacrificar a Schweinsteiger, que convertido en el primer pasador apenas pisa el área contraria.
Dinamarca consiguió neutralizar el gol inicial de Podolski (min. 19) con una fe inquebrantable en sus virtudes espartanas. El secreto del grupo de Morten Olsen es que actúa conforme a la aceptación de sus límites. Prefiere el juego aéreo porque Bendtner lo remata casi todo y sus laterales saben poner buenos centros. No juega al primer toque porque asegura mejor la pelota con dos. Es expeditivo en defensa porque la opción de una segunda jugada ante Alemania es medio gol en contra.
El tanto de Krohn Dehli (min. 24) fue el mejor muestrario del fútbol rudimentario de su selección. Saque de falta y dos cabezazos. El empate era útil para los intereses alemanes con independencia de otros resultados. Ofreció una tregua tras el intermedio. Los daneses la aceptaron más confiados en una victoria pírrica de Holanda que en el potencial de sus ofensivas. Apenas acecharon a Neuer en toda la segunda mitad.
Bender evitó nervios de última hora en la fiable Alemania. El lateral marcó el 2-1 definitivo (min. 80) con una galopada por la banda derecha que acabó con la esperanza danesa de seguir alimentado un sueño tan imposible como lo parecía la Eurocopa de 1992.
Agger se despide; Özil y Khedira avanzan a la siguiente ronda
Los madridistas Khedira y Özil brillaron en el último partido de la fase de grupos para la selección germana, que accede a cuartos de final como primera de grupo. La movilidad de Khedira y sus constantes apariciones en ataque distrajeron el marcaje férreo a su compañero Özil y generaron mucho peligro. Con Alemania, Khedira goza de una libertad de movimientos que le hace parecer mejor jugador de lo que es. Por otra parte, Daniel Agger, defensa del Liverpool, también fue titular con Dinamarca.
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