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La decisiva derrota ante el Manchester City del pasado jueves (2-1), en la que los de Klopp perdieron una gran oportunidad de casi sentenciar la Premier, fue de esos partidos que a orillas del Mersey han costado más de los tres puntos en juego. Porque si frente a los celestes perdieron su primer partido de la temporada, ante el Wolverhampton han perdido en FA Cup el segundo y han dicho adiós al segundo torneo de la temporada, tras caer ante el Chelsea en Carabao Cup. Los goles de Raúl Jiménez y Rúben Neves fueron suficientes para que los Wolves siguieran adelante en la principal competición copera inglesa. Por tanto, los reds ya sólo tienen por delante Premier y Champions en esta 2018/19.
Dispuso Klopp un once con alguna novedad, como no podía ser de otra manera. Los algunos menos habituales (Mignolet, Alberto Moreno, Sturridge, Origi...) se mezclaron con jóvenes valores de la cantera como Rafael Camacho o Curtis Jones. El primer contratiempo para los visitantes, la lesión de Lovren a los 6 minutos, significó la entrada al terreno de juego del joven central neerlandés Hoever, que se convirtió en el futbolista más joven en jugar con la camiseta del Liverpool en la historia de la FA Cup, con 16 años y 354 días. En todas las competiciones, es el tercero más joven.
La lesión de Lovren no sólo significó la entrada del chaval Hoever, sino que realmente en la plantilla red no hay otro defensor que pueda estar a las órdenes de Klopp. Y por ahí, con ese primer contratiempo, llegó el primer gol de Raúl Jiménez, en el minuto 38.
Tras el descanso, Origi empató en el 51' y el Liverpool empezó a apretar. Pero en una genialidad de Ruben Neves, los lobos se volvieron a poner por delante gracias a un zapatazo desde fuera del área. Movió el banquillo Klopp y sacó a Salah y Firmino en el 70', para tratar de reconducir una situación que nunca llegó a volver a ponerse de cara para sus intereses. Sin las copas de por medio, al Liverpool le quedan las dos grandes competiciones. De momento, la derrota ante el City todavía colea.
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