Para ganar partidos como este contra la Lazio se necesita un carácter de acero. Los biancocelesti jugaron un gran partido, pero ante una plantilla de la calidad de la de Allegri, es complicado. La entrada de Bernardeschi y Cancelo decidió el encuentro con la Juve en desventaja para conseguir tres puntos difíciles.
Presión, recuperación alta, velocidad combinativa. La Lazio inicia fuerte y obligó a los bianconeros a quedarse en su propio campo. La Juve, prudente, contuvo a sus rivales, con Szczesny inspirado en los disparos de Correa y Luis Alberto. A cinco minutos del descanso Allegri se vio obligado a introducir a Chiellini por Bonucci, con dolores en el tobillo derecho. Aun hubo tiempo de una nueva ocasión local, con una vaselina de Immobile que salvó Rugani antes del final del primer tiempo.
La segunda parte inició como la primera, con peligro de la Lazio. Tras un córner, Emre Can desvío el balón hacia su propia portería, complicando los planes de Allegri con el gol para los locales. El técnico intervino enseguida, con la entrada de Bernardeschi y Cancelo por Matuidi y Douglas Costa. Los recién entrados crearon enseguida la acción del empate a la media hora. Se escapa Bernardeschi por la izquierda, balón para Dybala en el centro, su disparo lo desvía Strakosha pero Cancelo anota el rechace para el 1-1. El gol dio energía extra a la Juve, pero la Lazio no decayó. Se luchó cada balón con intensidad, con esfuerzo y espectáculo. La emoción se completó en el minuto 89. Cancelo es derribado en el área y Ronaldo no falla desde los 11 metros para aumentar la ventaja en el liderato a 11 puntos sobre el Napoli.
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