Andrea Pirlo fue el mejor futbolista italiano en el partido contra España. La mayoría contaba con que iba a ser así, que el jugador de la Juventus iba a ser el único capaz de poner pausa y cordura al fútbol italiano. La duda era saber si resistiría las posesiones larguísimas de España y si encontraría a compañeros cuando Italia tuviese el balón. Pirlo las despejó todas y demostró que es un súper clase. Apenas perdió algún balón durante todo el encuentro, tocó siempre con criterio, con un objetivo. Estuvo preciso en largo, buscó la llegada de los laterales por las bandas, y lanzó los contragolpes del equipo sirviendo a Balotelli y Cassano. Pirlo, a sus 33 años, hizo una gran maniobra en el centro del campo, se fue de Busquets y le puso un pase perfecto a Di Natale en el gol de Italia.
Las estadísticas dicen que los dos cerebros del partido, Pirlo y Xavi, fueron los que más kilómetros corrieron. Eso demuestra que la edad, cuando se tiene la calidad de Pirlo, no limita sino que aumenta la visión y el poder de decisión. Tras el partido, Pirlo estaba feliz por el resultado: “Estoy contento porque hay que tener en cuenta que jugábamos contra el campeón del mundo. Si hubiéramos estado más concentrados tras habernos adelantado en el marcador, tal vez hubiéramos podido ganar. Pero es un punto importante”.
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