"A la final de la Champions tenemos que llegar todos juntos". Mourinho lanzó este mensaje a la afición nada más acabar la eliminatoria ante el Apoel y los directivos del club blanco han sido los primeros en recoger el guante para poner en marcha el gran desembarco madridista en Múnich. ¿El objetivo? Meter a 4.000 seguidores en las gradas del Allianz Arena, algo casi inaudito en la historia del Real Madrid.
A través de una llamada en el sitio web del Madrid, el club intenta llamar la atención de la afición para viajar a Múnich. El Bayern ha cedido 4.000 entradas a los blancos -el 5% del aforo total del estadio- y el Madrid va a hacer todo lo posible para agotarlas todas. El plazo para solicitar las localidades se inició ayer y estará abierto hasta el próximo martes. Seis días en los que cada socio puede pedir hasta ocho entradas, medida adoptada para provocar un desplazamiento de aficionados en masa.
Aunque la afición del Real Madrid no suele acompañar al equipo en sus viajes, parece que en esta ocasión Mourinho ha conseguido picar a la hinchada, que ya se está moviendo para arropar a su equipo en uno de los partidos más importantes de la temporada. Las peñas se están movilizando para organizar con la mayor celeridad posible paquetes cerrados de viaje y entrada a un precio económico y son muchos los aficionados que, de manera individual, ya han solicitado su entrada al Real Madrid.
El sueño de Mourinho
El llamamiento a la afición se inició antes, incluso, de lograr la clasificación ante el Apoel, tal y como se pudo comprobar el pasado martes en el Santiago Bernabéu. Numerosas peñas del Real Madrid empapelaron las paredes del estadio con carteles anunciando el partido en las gradas del Allianz Arena, a donde se puede acudir en el día por 280 euros. Un precio bastante asequible si tenemos en cuenta que se incluye el billete de avión, el desplazamiento al estadio desde el aeropuerto y la entrada.
De cumplirse el objetivo marcado por el Real Madrid, los aficionados blancos protagonizarían uno de los desplazamientos más importantes de la historia del club a un partido que no es una final. El último gran viaje de aficionados del Madrid se produjo hace cinco años, precisamente en Múnich. El equipo de Capello se jugaba el pase a los cuartos de final (3-2 en la ida) y los blancos estuvieron arropados por 2.800 aficionados que se dejaron sentir desde primera hora en La Marienplatz, centro neurálgico de la ciudad muniquesa.
Sentir el aliento de la afición es uno de los objetivos de Mourinho desde que es entrenador del Real Madrid. Igual que quiere que el Santiago Bernabéu apriete como San Mamés o el propio Allianz Arena al que alabó el pasado miércoles, quiere que la afición madridista arrope a sus jugadores fuera de casa como lo hacen las hinchadas de los equipos ingleses o alemanes, o como lo hizo la afición del Apoel, que movilizó a más de 3.000 hinchas en el Bernabéu el pasado miércoles pese al 0-3 de la ida.
Mourinho considera fundamental el apoyo de la afición en esta eliminatoria. El técnico luso cree que el pase a la final de la Champions se puede decidir por detalles y el factor campo es, a su juicio, uno de los más importantes. El Madrid se va a encontrar un infierno en el Allianz Arena, donde ya no queda una sola entrada, y el portugués quiere que el Bayern también sienta la presión ambiental, tanto en la ida como en la vuelta. "El Bernabéu tiene que ser muy importante en esta eliminatoria", dijo Mou.
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