Kaká afronta su tercera temporada en el Real Madrid en una situación mucho más incierta que las dos anteriores. En la primera era un fichaje lujoso que no cuajó, y en la segunda un futbolista lesionado. Ahora, parece no contar para José Mourinho, como se pudo ver en la Supercopa.
El futuro de Kaká sigue tan rodeado de misterio como el global de su etapa en el Real Madrid. Es difícil entender como un futbolista de 65 millones de euros, Balón de Oro en 2007, apenas ha dejado algún destello suelto en dos temporadas de blanco. También costó explicar la serie de circunstancias que le obligaron a pasar por el quirófano tras el Mundial de Sudáfrica. Quizá lo más sencillo es hacerse cargo de su situación actual: tras dos temporadas prácticamente inédito, ha sido superado en el escalafón del equipo no sólo por Mesut Özil, sino hasta por los recién llegados Callejón y Coentrao.
Si Mou afrontó la Supercopa como un banco de pruebas para la temporada, la perspectiva para Ricky es desalentadora. En la ida no jugó ni un minuto, y en la vuelta salió 13 minutos, los finales, con el Madrid a la desesperada. No dejó ni rastro en el Camp Nou. Como en el resto de la pretemporada, a excepción de unos buenos minutos en el partido ante los Galaxy, el primero de la preparación madridista. Después de eso, no briiló ni en Estados Unidos, ni en Europa, ni en China. Demasiado poco para un futbolista que pasó las vacaciones desmintiendo su salida del club blanco y emplazando al madridismo a su primera pretemporada 'normal' tras varios años de infortunios.
A estas alturas, el futuro de Kaká es la principal incógnita deportiva del Real Madrid. Al brasileño le restan cuatro temporadas de contrato, a razón de 10 millones de euros netos por curso. Un salario que no sólo no se corresponde con su rendimiento, sino que, además, lastra cualquier posibilidad de traspaso, y hasta de cesión. Y es que, pese a su bajo rendimiento, Kaká sigue gozando de buen cartel en Milán, pero ni su ex equipo ni el Inter están en condiciones de asumir su salario. A día de hoy, y tras la salida de Carlo Ancelotti del banquillo de Stamford Bridge, sólo el PSG -en el que su íntimo amigo Leonardo ejerce como director deportivo- parece en condiciones de afrontar su contratación. Para el Madrid, en todo caso, se trataría de minimizar las pérdidas de una operación que, hace dos años, pocos hubieran pronosticado tan ruinosa.
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