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El Liverpool llegaba a esta cita europea con el ambiente enrarecido por los acontecimientos ocurridos en días anteriores con las salidas de jugadores del cuadro red, pero lo que vale es la victoria para pensar en la mejora, en el partido numero 700 de Jamie Carragher como jugador del Liverpool, los reds ganaron pero sin convencer, pero aún es pronto para sacar conclusiones.
Rodgers presentó una alineación con los internacionales y con la inclusión de Cole. La inclusión en el equipo titular de Joe Cole sorprendió a propios y extraños, la otra novedad era en punta de ataque en la que el italiano Borini se hacía con el puesto de delantero red, también era el único delantero que viajó.
Los primeros minutos del encuentro se vio la importancia que tienen los laterales para Rodgers, van a tener largo recorrido y serán muy importantes en ataque, pero también esto ocasiona que se sufra en defensa, de ahí que el centro del campo sea muy importante, pero estamos ante los típicos fallos de los primeros partidos, los engranajes que se tiene que acoplar poco a poco, los reds se encontraron en estos primeros cuarenta y cinco minutos con un equipo bielorruso muy guerrero y en el que su punta de lanza Aleksandr Alumona se convertía en una pesadilla para Skrtel y Carragher, a medida que fueron pasando los minutos, los reds no se hacían con el dominio del partido y los jugadores del Gomel se fueron hacía adelante, estaban en casa y tenían que ir a por todas.
La suerte no acompañó a Joe Cole, el 10 del Liverpool volvía a la titularidad después de su cesión del Lille, pero se vio sustituido en el minuto 23 por Sterling, el inglés se iba lesionado, el extremo jamaicano se ponía en banda izquierda, lo que hizo que Downing, que había empezado en la derecha, se cambiaba de banda, pero estarían continuamente cambiando posiciones. Los minutos pasaban y los reds no lograban controlar el partido, las llegadas a la portería de Brad Jones fueron continuas por parte de los bielorrusos, el equipo red estaba roto y era muy pronto para ver tantos espacios entre líneas, con empate a cero se llegaba al final de la primera mitad.
La segunda parte comenzaba con un segundo cambio, Martin Kelly entraba por Glen Johnson pero parece que el cambio sólo era por precaución (pocos minutos lleva el inglés en está pretemporada) y no por lesión. Los reds siguieron con problemas para generar juego, el triangulo Gerrard-Spearing-Henderson no lograba sacar el partido adelante, los bielorrusos se agazapaban para salir al contrataque, los minutos pasaban y sólo las internadas de Sterling le sacaban de un sopor continuo, el joven extremo jamaicano fue de lo mejor en el partido y sus incursiones por banda llevaron peligro pero nunca encontraron final a sus jugadas.
Los minutos pasaban y sólo un disparo lejano de Steven Gerrard de falta causó peligro al portero Bushma, en el minuto 65 volvía a un partido oficial Lucas Leiva, el medio brasileño que estuvo lesionado gran parte de la temporada pasada, volvía a hacerse importante y era una grata noticia volverle a ver jugar en el centro del campo red, el sustituido fue un gris Henderson.
Los de Kubarev tuvieron una gran oportunidad en el minuto 66, el disparo de Kozeka desde fuera del área se estrellaba en el palo de la portería de Brad Jones, el rechace le llegaba a Voronkov que fallaba estrepitosamente, pero lo que son las cosas, en la siguiente jugada Downing sacaba un latigazo desde fuera del área que se introducía en la portería de Bushma, un golazo del ex del Aston Villa y su tercer gol con la camiseta red, de ahí hasta el final los reds mantuvieron el gran resultado.
Cabe destacar la oportunidad que tuvo Borini (de las pocas que tuvo) en las que encarando al portero bielorruso se veía desbaratada la ocasión. Los de Rodgers se marchan con un gran resultado para la vuelta pero con muchas cosas por hacer, el equipo adoleció de creación en el centro del campo y se vio muy sólo a Borini, pero se está en los primeros compases de la temporada, aún queda mucho por hacer y lo mejor es una victoria para empezar a creer y recordar la cifra mágica de 700 partidos de Jamie Carragher con la camiseta red.
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