Tras las declaraciones previas al encuentro de ida de las semifinales de la Champions entre el Real Madrid y Barcelona, al técnico azulgrana, Pep Guardiola, se le ha visto algo inquieto y repugnante por así decirle. Es que el propio entrenador sabe que en el campo no va a tener a cualquier rival, sino a uno que ya le ha empatado con uno menos e incluso arrebatado un título como la Copa del Rey, pero en estos encuentros se estarán jugando algo más importante: Europa.
Casi medio mundo estará pendiente del juego, una semifinal histórica y de mucha relevancia entre los clubes más laureados de España.
Mientras el Barça se dedicaba a vencer al Real Madrid (2-6 y 5-0), el 'dos caras' de Pep, se decantaba en elogios al conjunto merengue. Pero cuando el cuadro que dirige José Mourinho empezó a frenarle y quitarle la preciada Copa, el técnico mostró su verdadera imagen: de repuganate e impaciente.
Pues si, no quiere que su más eterno rival, como lo es el Real Madrid, lo vuelva a echar de Europa en una semifinal. Digo vuelva porque en la temporada 2001-2002 el conjunto blanco eliminó en semifinales al equipo blaugrana, en la ida con un 0-2 en el Camp Nou a favor de los blancos, y en la vuelta con un empate 1-1 en el Bernabéu.
Como bien mencione antes este partido pasará a la historia, como uno de los más significativos, y que si no. Es un clásico. Así que agarrense bien porque en estas semifinales el Madrid va a luchar hasta el final para conseguir su más preciado sueño.
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