lunes, 11 de febrero de 2019

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En una sola tarde la Juve ha recuperado la victoria, una defensa blindada y la ventaja de once puntos sobre el Napoli. Los bianconeros han salido con una gran actitud ante el Sassuolo, controlando el partido y corriendo riesgos sólo cuando han tenido despistes. Han dado sobre todo la impresión de estar en pleno ascenso con respecto a las últimas salidas, y ésta es la mejor señal, teniendo en cuenta los próximos compromisos.

El Sassuolo comienza bien, teniendo ya una buena ocasión en el primer minuto. Más peligrosa fue la segunda llegada, con una prodigiosa salida de Szczesny ante un Djuricic que intentaba regatearle para plantarse sólo. Y otra vez el polaco salvaba la portería al cuarto de hora con una gran parada ante un tiro a la escuadra de Locatelli. Ese fue el momento en el que la Juve se reanimó, acelerando y cambiando el rumbo del partido. Ronaldo intercepta un pase de Consigli y manda un disparo que el portero neroverde rechaza, pero a los pies de Khedira, que únicamente tiene que empujarla. Y a punto estuvo el alemán de hacer el segundo antes del descanso, tras una gran jugada de Bernardeschi.

La Juve comienza la segunda parte con ocasiones, con dos grandes asistencias de Bernardeschi, primero para Mandzukic y luego para Ronaldo, que marca pero en fuera de juego. Poco después Szczesny mide mal su salida y permite a Berardi rematar a puerta vacía desde casi el centro del campo, pero el balón se va finalmente por el fondo. En cualquier caso, era la Juve la que tenía las mejores ocasiones, sobre todo cuando Ronaldo comenzó a caer a banda. Suyo fue el centro que Mandzukic peinó para que el balón se paseara por delante de la portería, sin que ni Khedira ni Bernardeschi consiguieran rematar. El segundo estaba en el aire, llegando con un espectacular remate de cabeza de Ronaldo tras un saque de esquina de Pjanic. Y ya son 20 los goles del portugués esta temporada. El partido ya estaba virtualmente finiquitado, pero el cierre definitivo llegó a cuatro minutos del final, cuando Dybala y Emre Can, que acababan de entrar por Bernardeschi y Matuidi, elaboraron con Ronaldo una acción de manual: tres toques, tres goles y tres puntos. Lo que se dice un "número perfecto".

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