Nervios y alarma

El Liverpool ya nota el aliento del Manchester City. El conjunto de Jürgen Klopp hincó la rodilla en casa del West Ham en un partido en el que nunca se sintió cómodo. El inicial tanto de Mané no significó la victoria de los reds porque Michail Antonio marcó su cuarto gol al Liverpool en los cinco partidos que se ha medido al todavía lider de la Premier, un torneo que parecía prácticamente sentenciado hace unas semanas... y que ahora se aprieta cuando se va a encarar la recta final de la temporada.

El partido ya se inició de cuesta para los de Klopp. El West Ham salió mejor al terreno de juego y apretó a los líderes en su propio campo. Las primeras acometidas, sin embargo, no necesitaron de la intervención de Alisson, pero el dominio era hammer. Sólo un disparo de Chicharito, que se marchó pegado al poste, inquietó la meta red. Pese a su discreta puesta en escena, los hombres de Klopp se adelantaron en el marcador por medio de Mané. El senegalés firmó su undécimo tanto de la temporada en Premier, superó los 10 de la temporada pasada, y adelantó a los suyos en Londres a los 22 minutos. El tanto debió ser anulado porque Milner arrancó en fuera de juego que no fue señalado por el colegiado.

El botín era demasiado grande para lo visto sobre el terreno de juego y ahí apareció Michail Antonio, que le tiene cogida la medida a los reds como nadie. Cinco minutos después del tanto de Mané, una estupenda jugada de estrategia hammer acabó con el delantero inglés anotando a placer ante Alisson, para poner el definitivo 1-1 en el marcador.

El luminoso no se movió porque las piezas reds no encajaron, ni Salah encontró a Firmino, ni este a Mané, ni Mané al egipcio. La triangulación de sus tres atacantes es el arma principal del líder de la competición y ante el West Ham no funcionó nada. De esta manera, el Liverpool deja escapar otros dos puntos y el City ya está a tres, tras aprovechar los dos tropiezos seguidos en forma de empate del conjunto de Klopp. Nadie dijo que ganar la Premier sería fácil.