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Juventus y Atlético de Madrid se veían las caras en un duelo apasionante en el Juventus Stadium. El liderato del grupo en juego. Partido importante para los rojiblancos pero más aún para los turineses, a los que una derrota les podía dejar fuera de los octavos. Partido con muchas expectativas que no defraudo desde el inicio. Los dos conjuntos saltaron con una gran intensidad imprimiendo al encuentro un ritmo vertiginoso. La Juve llevaba la voz cantante pero fue el Atlético quien dio el primer aviso serio. Koke se encontró con un rechace en la frontal pero su remate cruzado lo desvió Buffon con un fantástica intervención. Los italianos tuvieron su primera oportunidad en una falta sobre la frontal lanzada por Pirlo que se estrelló en la barrera.
La presión de los bianconeros asfixiaba la salida del balón de los de Simeone, que sufrían con el constante bombardeo de centros de los juventinos. Godín tapó con el brazo un lanzamiento de Tévez. Pidieron penalti pero lo cierto es que la mano del uruguayo estaba pegada al cuerpo. Los locales tenían el mando del partido pero no eran capaces de poner en aprietos a Moyá, en gran medida porque los defensores rojiblancos estaban realizando un trabajo sublime despejando cualquier balón que recorría su zona. En ataque las aportaciones de los de Simeone estaban siendo nulas. Mandzukic apenas tocaba balón y pasaba más tiempo en labores defensivas.
El Atlético no conseguía frenar los decibelios de los turineses, que parecía fieras con hambre de carne. Los minutos pasaban y el tiempo corría a favor de los rojiblancos, que no conseguían 'enfriar' el partido porque no gozaban apenas de posesión. Algo que si consiguieron en los últimos minutos del primer acto llegando a generar peligro con un remate de Mario Suárez que desvió a córner Buffon. Cuando mejor estaban los de Simeone llegó el pitido final de una primera mitad intensa en las que los rojiblancos se mostraron muy serios atrás y poco activos en ataque.
Tras la reanudación el Atlético mostró una imagen diferente, adelantando sus líneas y presionando más arriba. Los de Simeone dieron un paso al frente sin temor a arriesgar. El esfuerzo notable realizado por los de Allegri en la primera parte les comenzaba a pasar factura y las fuerzas se igualaban. La intensidad no era comparable con lo que se había visto hasta ahora y los minutos transcurrían con los rojiblancos cada vez más cómodos y seguros. El tiempo corría en contra de los de Allegri, incapaces de crear peligro salvo en una triangulación sobre la frontal finalizada por Pogba y repelida a córner por Moyá.
Los italianos eran conscientes del resultado del otro partido en el que Olympiacos vencía al Malmö, por lo que un gol del Atlético le dejaba al borde del abismo. En esa tesitura los bianconeros buscaban arriesgar lo menos posible lo que implicaba mayor tranquilidad para los madrileños. Tampoco la necesitaban teniendo en cuenta el poderío que mostraban tanto Godín como Giménez en cada balón que acechaba el área. El joven central uruguayo está consiguiendo la difícil tarea de no echar de menos al ausencia de Miranda.
Restaban quince minutos para el final y ni Allegri ni Simeone movían el banquillo. El empate era bueno ya para los dos y así parecían entenderlo ambos. El balón corría de un lado para otro sin un objetivo final. El pitido final era el momento más esperado en el Juventus Stadium. Firmado el pacto de no agresión el partido no tuvo más historia y los dos celebraron su pase a octavos en un duelo que acabó sin cambios. Los dos estarán en el sorteo del día 15, el Atlético como primero y la Juventus segunda.
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