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El Real Madrid sigue incrementando su número de victorias consecutivas. Ante el Liverpool sumó la duodécima y lo hizo de nuevo con un dominio abrumador. La afición se volvió a marchar del Bernabéu satisfecha con su equipo, que apenas sufrió y no concedió ni un disparo del rival en la primera mitad. Amparados quizá en ese espectacular estado de forma, los madridistas salieron como un vendaval. A los diez minutos ya había tenido dos claras ocasiones de marcar, pero las intervenciones de Mignolet a los disparos de James y Cristiano Ronaldo en el 4’ y 10’ respectivamente evitaron que así fuera.
La sensación de dominio por parte de los locales era absoluta. El balón sólo pasaba por las botas de los madridistas y circulaba con criterio de un lado a otro. La mejor prueba de ello fue el tanto con el que se estrenó el marcador. Participaron cuatro jugadores y ninguno dio más de dos toques. La jugada la inició Isco, que hizo una pared con Cristiano Ronaldo en el 27’ y cedió el esférico a Marcelo. El brasileño controló en la banda y puso un centro medido a Benzema, que llevó el balón a la red con un toque sutil. El Bernabéu se rendía a su equipo y a la belleza del tanto.
Poco cambió el partido tras el gol y sólo una meritoria intervención de Mignolet a un lejano golpe franco de Cristiano Ronaldo en el 34’ y la falta de suerte en una preciosa vaselina de Benzema que salió a escasos centímetros del larguero propiciaron que los madridistas se marcharan al descanso con esa escasa renta.
Lección de solidez
El Real Madrid se limitó a controlar el encuentro en una segunda mitad que animó Bale, que sustituyó a James en el minuto 62 y nueve más tarde estuvo cerca de anotar el segundo gol de su equipo. Marcelo, que cuajó un partido espectacular, se inventó un nuevo centro desde la izquierda y el galés, en el punto de penalti, se encontró con el larguero en su disparo con la zurda.
No fue la última ocasión del encuentro. Bale propició que Mignolet mostrara sus reflejos en una falta que llevaba marchamo de gol en el 84’. Serio partido de los blancos, que encadenan dos partidos imbatidos y ya están clasificados para octavos de final. Con un punto en las dos jornadas que restan certificarán el primer puesto.
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