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El estadio de Anfield tuvo que esperar al minuto 85 para ver como el Liverpool lograba llevarse los tres puntos tras imponerse 1-0 al Stoke City. Glen Johnson logró marcar a cinco minutos del final en un remate de cabeza en un choque en el que los locales pudieron golear. Aún así, los potters amenazaron con varias ocasiones como un balón al palo de Bojan Krkic que pudo cambiar el rumbo del partido.
Los jugadores del Liverpool tienen una gran fortuna en contar con un Anfield que trae de fábrica el ambiente idóneo para un partido de fútbol. Incluyendo choques como el de hoy en el que la combinación película más manta parece ser la decisión más acertada. La primera mitad se tornó tediosa por la poca iniciativa de ambos conjuntos. Ni ocasiones, ni detalles técnicos interesantes ni nada más allá del rigor táctico ni de la cobardía.
Una situación preocupante en los de Brendan Rodgers a los que se les presupone una necesidad de dominar los partidos y de buscar la portería rival sobre todo estando en una situación crítica. El error del técnico parecía claro para los aficionados. Con Steven Gerrard en el banquillo, su presencia en el calentamiento provocó la alegría de la grada que pidió encarecidamente la entrada de su capitán al campo. Mientras tanto, lo más parecido a una ocasión llegó en el minuto 34 en un disparo a las nubes de Martin Skrtel tras una mala jugada a balón parado del Liverpool.
Afortunadamente, el partido fue rompiéndose en la segunda mitad y tanto Stoke como Liverpool pisaron con más asiduidad las áreas contrarias. Ambos tuvieron ocasiones muy claras para abrir el marcador, aunque sobre todo los locales que perdonaron de manera preocupante. Rickie Lambert y Lucas Leiva tuvieron las suyas en posiciones inmejorables y mandaron el balón directamente a las manos de Begovic y Joe Allen, en un disparo que casi era como un penalti, acabó rozando el larguero.
Pero los de Mark Hughes también erraron en jugadas clave. Mame Diouf se planta ante Mignolet tras un buen pase de Bojan Krkic. El meta duda en la salida pero al final evita el tanto con los pies. Poco después, al 59', es Bojan el que realiza una gran jugada arrancando desde el costado derecho. Buen recorte a Lucas Leiva para pisar el área desde donde el español se asca un potente lanzamiento que se estrella en el poste.
Con los reds ganando a los puntos, fue el Stoke el que pudo matar el partido de no ser por Sterling. Saque de esquina de los potters y el balón le cae franco a Diouf. Dispara el ariete pero el jugador del Liverpool estaba en el palo y despeja el balón en la línea. A raíz de esta jugada, los de Rodgers se volcaron a la desesperada en el área rival para intentar salvar los muebles. Aunque la medida parecía poco productiva, al final los del Merseyside lograron su objetivo. Tras un cabezazo de Lambert al larguero el rechace cae cerca de Johnson que se lanza en plancha para alojar el balón al fondo de la red y dar un respiro a su equipo y a su entrenador. El defensa logra el objetivo de su equipo y se llevó en el remate una patada de Pieters que acabó con la cabeza del ex del Chelsea cosida por una brecha.
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