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Tras el partido de preparación frente a Turquía en el que Portugal cayó por 1-3, las dudas se ciernen sobre el combinado de Paulo Bento. La fase de clasificación no ha sido para tirar cohetes logrando el billete para Polonia y Ucrania en la repesca. Las prestaciones de Portugal en la Euro están inseparablemente asociadas al rendimiento de su gran estrella Cristiano Ronaldo.
El de Madeira ha completado su mejor temporada desde que llegó al Real Madrid. Ha sido el líder ofensivo de una trituradora de rivales capaz de llegar a los 100 puntos batiendo el récord histórico de goles de la Liga Española. En esas cifras Cristiano ha tenido una participación decisiva con sus 46 tantos.
Cristiano se ha ganado definitivamente a la afición madridista y llega a Polonia y Ucrania liberado de la presión de su club. Sin embargo, cuando se pone la camiseta de su selección, las sensaciones cambian. Y no porque necesite ganarse el apoyo de su público, que ya lo tiene, sino porque desea deslumbrar, por fin, en una competición importante a nivel de selecciones.
Con tan solo 21 años estuvo a punto de ganar la Eurocopa con Portugal como anfitriona, pero Grecia destrozó los pronósticos. Tras la retirada de Figo, Cristiano es el líder absoluto de su selección. Consciente de ello, vive los partidos con Portugal con una presión añadida. Esta sobreexcitación puede desembocar en ansiedad perjudicando su rendimiento.
Portugal cuenta con buenos segundos espadas como Nani, que deben apoyar al crack madridista. Y este debe buscar también la asociación con sus compañeros para mejorar el juego del combinado portugués. Si Cristiano consigue que la maquinaria del combinado de Paulo Bento funcione en su totalidad y no solo con sus arrebatos, pueden aspirar a llegar muy lejos. Y tal vez empezar a pensar en su segundo Balón de Oro.
Por otro lado, las características de una Eurocopa, favorecen a Cristiano. Con tan pocos partidos, los detalles y la genialidad pueden tapar las irregularidades. Y de genialidad anda sobrado el de Madeira.
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